Parte. Capítulo

  1      I.    Pr|        tu casa, donde eres señor della, como el rey de sus alcabalas,
  2      I.    Pr|          por el bien que dijeres della.~ ~ Sólo quisiera dártela
  3      I.     1|         de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte,
  4      I.     1|          hacer nueva experiencia della, la diputó y tuvo por celada
  5      I.     1|         con tomar el sobrenombre della.~ ~ Limpias, pues, sus armas,
  6      I.     2|        castillo, y a poco trecho della detuvo las riendas a Rocinante,
  7      I.     3|          en gustando alguna gota della, luego al punto quedaban
  8      I.     5|          escribe; aprovechándose della tan a propósito, que el
  9      I.     6|         queme, que aun no queden della las cenizas: y esa palma
 10      I.     7|       dejase a él por gobernador della. Con estas promesas y otras
 11      I.     9|          se podría hallar lo que della faltaba.~ ~ Causóme esto
 12      I.    11|         en cualquiera ministerio della se ejercitan de venir brevemente
 13      I.    13|     nuevo venían en conocimiento della. Y Vivaldo, que era persona
 14      I.    15|   ganándola yo, te hiciese señor della? Pues lo vendrás a imposibilitar,
 15      I.    16|          y yo no quedo contrecho della, no trocaría mis esperanzas
 16      I.    17|       aventura, habiendo quedado della cual quedamos? Aun vuestra
 17      I.    17|      también no quitaba los ojos della, y de cuando en cuando arrojaba
 18      I.    17|       porque, en efecto, se dice della que, aunque estaba en aquel
 19      I.    17|          de par en par, se salió della, muy contento de no haber
 20      I.    19|       mula, y, poniéndole encima della, le dio la hacha; y don
 21      I.    20|        veo que, en pago y trueco della, me quiere ahora dejar en
 22      I.    21|         amo, y calló en la mitad della.~ ~ -¿De qué te ríes, Sancho? -
 23      I.    21|        el caballero, y él en los della, y cada uno parezca al otro
 24      I.    21|     donde nunca quitará los ojos della, mirándola a furto de los
 25      I.    23|   candado, por lo roto y podrido della vio lo que en ella había,
 26      I.    25|       hincar de rodillas delante della los vencidos que vuestra
 27      I.    26|         si, imaginando otra cosa della, me volviese loco de aquel
 28      I.    26|          he dicho, estar ausente della. Ea, pues, manos a la obra:
 29      I.    26|          don Quijote y el género della, siempre que la oían se
 30      I.    28|          los cuentos y episodios della, que, en parte, no son menos
 31      I.    28|       puestos los tres alrededor della, haciéndose fuerza por detener
 32      I.    28|     industria y favor para salir della, o para dejar la vida entre
 33      I.    29|          es imposible el remedio della. Sólo os ruego (lo que con
 34      I.    29|         sierra, y así como salió della don Quijote y sus camaradas,
 35      I.    31|      bardas de un corral, cuando della me despedí: y aun, por más
 36      I.    31|           que, saliendo vencedor della, ya que no me case, me han
 37      I.    33|         sino, como a mala, hacer della lo que más te viniere en
 38      I.    33|      hablaba y jamás podía sacar della una pequeña muestra de venir
 39      I.    33|        puesto que entendía salir della cansado y vencido. Otro
 40      I.    34|    aquello que yo quisiere hacer della; y si he tardado en descubrirte
 41      I.    34|      suelo una gran raya delante della, le dijo:~ ~ -Lotario, advierte
 42      I.    34|     representaron los personajes della, que pareció que se habían
 43      I.    37|         como son buenos testigos della los más destos señores que
 44      I.    40|    parecía una caña, y al remate della puesto un lienzo, atado,
 45      I.    41|          quien nos diese noticia della. Pero lo que a mí más me
 46      I.    42|         ya la noche, y al cerrar della, llegó a la venta un coche,
 47      I.    43|          ponerse? Damenuevas della, ¡oh luminaria de las tres
 48      I.    43|         sentido, la menor tajada della fuera la oreja.~ ~ -¡Ya
 49      I.    44|          cierto que yo le sacaré della.~ ~ -¡Pecadora de mí! -dijo
 50      I.    46|          causa y fueron árbitros della, de tal modo, que ambas
 51      I.    46|         venta y de los valientes della, quiso llevarlo al cabo
 52      I.    48|          allí estaba, y trujesen della lo que hubiese de comer,
 53      I.    49|     facilitarlo, y aun a sacarle della, y probase de nuevo a subir
 54      I.    50|        gente, como a favorecerse della, y allí se detuvo. Llegó
 55      I.    50|          que no aciertan a salir della en seis días; y si el hombre
 56      I.    52|       manos, para que hiciérades della a toda vuestra voluntad
 57     II.     1|         hacienda, pues por gozar della sus enemigos, ponían dolo
 58     II.     1|      pues no me saca el capellán della; y si Júpiter, como ha dicho
 59     II.     3|   hubiera olvidado a los autores della algunos de los infinitos
 60     II.     3|       los principales presonajes della.~ ~ -Personajes, que no
 61     II.    10|         memoria, y no se te pase della cómo te recibe: si muda
 62     II.    11|        despacio, y con las mulas della satisfaré la pérdida del
 63     II.    12|     desnudándose de los vestidos della, quedan todos los recitantes
 64     II.    12|      hizo particulares capítulos della; mas que, por guardar la
 65     II.    12|         del todo, sino principio della; que por aquí se comienzan
 66     II.    12|         por eso se ha ahuyentado della la compasión que tengo de
 67     II.    15|      pueblo y casa, y no saliese della en dos años, o hasta tanto
 68     II.    15| dificultad las más veces se sale della. Don Quijote loco, nosotros
 69     II.    22|  industria de Basilio, esperando della el mesmo suceso que se había
 70     II.    23|       que enviábades, y haciendo della una rosca o rimero, me senté
 71     II.    24|      muerte dicen que se retrató della, y dijo que él la había
 72     II.    24|      cuello se consumía la mitad della; y sería tenido a milagro
 73     II.    26|        no el rico faldellín, ase della, y mal su grado la hace
 74     II.    27|         en la cumbre, vio al pie della, a su parecer, más de docientos
 75     II.    32|      tener cuenta en el gobierno della y de mi mujer y de mis hijos,
 76     II.    32|   general aplauso de las gentes, della se colige, si mal no me
 77     II.    34|     antes, estando ya a la mitad della, asido de una rama, pugnando
 78     II.    36|   sucedido después que me aparté della; aquí la tenga en el seno,
 79     II.    40|          contarnos las semínimas della, sin dejar cosa, por menuda
 80     II.    41|          en el suelo y pendiente della y de dos cordones de seda
 81     II.    45|      Hízose así, y en el corazón della hallaron diez escudos en
 82     II.    47|        serlo de los gobernadores della, y miro por su salud mucho
 83     II.    51|        el mayordomo ocupó lo que della faltaba en escribir a sus
 84     II.    51|     estaba una puente, y al cabo della, una horca y una como casa
 85     II.    51|          y la rigurosa condición della, pasaban muchos, y luego
 86     II.    53|       que en esta vida las cosas della han de durar siempre en
 87     II.    54|         porque en la mayor parte della se vive con libertad de
 88     II.    54|         a visitar los santuarios della, que los tienen por sus
 89     II.    54|         que esta mañana me partí della, y ayer estuvo en ella gobernando
 90     II.    55|       ver si sería posible salir della sin ayuda de nadie; pero
 91     II.    58|   peregrinación nos ha sucedido: della habemos salido sin palos
 92     II.    62|          del mundo; salí huyendo della, caí en una cueva, donde
 93     II.    62|       amigos tuyos, y dos amigas della, y un caballero famoso llamado
 94     II.    62|         la verdad o la semejanza della, y las verdaderas tanto
 95     II.    63|    guardarla para hacer presente della al Gran Señor; y por huir
 96     II.    66|         como Tosilos lacayo salí della. Yo pensé casarme sin pelear,
 97     II.    67|         darle estos acuerdos que della tengo, sin perjuicio, pero,
 98     II.    69|     persona, que con el martirio della desencantes los encantados
 99     II.    71|         carrera, que en la mitad della te falte el aliento; quiero
100     II.    71|           y muy barato el precio della, y, deteniéndose un poco,
101     II.    72|          el otro para ver el fin della, en el cual consistía el
102     II.    73|           y hallaron a la puerta della al Ama y a su sobrina, a
103     II.    74|    primero de lo más bien parado della lo que fuere menester para
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