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Alfabética [« »] duelen 9 duelo 5 duelos 5 dueña 73 dueñas 56 duendes 2 dueñesca 1 | Frecuencia [« »] 74 semejantes 74 sucedió 73 discreto 73 dueña 73 fortuna 73 jumento 73 priesa | Miguel de Cervantes Saavedra Don Quijote de la Mancha Concordancias dueña |
Parte. Capítulo
1 I. 13| sabidora aquella tan honrada dueña Quintañona, de donde nació 2 I. 21| pequeño enano, con una fermosa dueña, que, entre dos gigantes, 3 I. 32| caballero, y que les está una dueña haciéndoles la guarda, muerta 4 I. 43| qué ha menester, discreta dueña, vuestra señora? -respondió 5 I. 49| acuerdan de haber visto a la dueña Quintañona, que fue la mejor 6 I. 49| padre, cuando veía alguna dueña con tocas reverendas: «Aquélla, 7 I. 49| Aquélla, nieto, se parece a la dueña Quintañona». De donde arguyo 8 II. 23| vuestro escudero, y con la dueña Ruidera y sus siete hijas 9 II. 23| a la reina Ginebra y su dueña Quintañona, escanciando 10 II. 31| se llegó a una reverenda dueña, que con otras a recebir 11 II. 31| Grijalba me llamo -respondió la dueña - . ¿Qué es lo que mandáis, 12 II. 31| como el mozo -respondió la dueña - , ¡medradas estamos! Andad, 13 II. 31| sois juglar -replicó la dueña - , guardad vuestras gracias 14 II. 31| Hijo de puta -dijo la dueña, toda ya encendida en cólera - , 15 II. 31| volviendo y viendo a la dueña tan alborotada y tan encarnizados 16 II. 31| Aquí las he -respondió la dueña - con este buen hombre, 17 II. 31| deshonrar y afrentar a una dueña tan veneranda y tan digna 18 II. 33| sazón doña Rodríguez la dueña, que era una de las escuchantes - : 19 II. 33| oyendo la simplicidad de su dueña, ni dejó de admirarse en 20 II. 33| el rucio; y a esta señora dueña le rogué, cuando entré en 21 II. 33| dijo doña Rodríguez, la dueña - ; que si él fuera hidalgo 22 II. 36| imaginada aventura de la dueña dolorida, alias de la Condesa 23 II. 36| por otro nombre llamada la Dueña Dolorida, de parte de la 24 II. 36| encantadores la hacen llamar la Dueña Dolorida; bien podéis, estupendo 25 II. 36| pueda sucederme. Venga esta dueña, y pida lo que quisiere; 26 II. 37| la famosa aventura de la dueña Dolorida~ ~ En extremo se 27 II. 37| querría yo que esta señora dueña pusiese algún tropiezo a 28 II. 37| que pues esta señora dueña de tan lueñes tierras viene 29 II. 37| la ventaja que hace una dueña doncella a una dueña viuda; 30 II. 37| una dueña doncella a una dueña viuda; y quien a nosotras 31 II. 37| que no se encierre en una dueña.~ ~ -Yo creo -dijo la Duquesa - 32 II. 37| donde entendieron que la Dueña Dolorida entraba. Preguntó 33 II. 37| recebirla: pero por lo de dueña, soy de parecer que no se 34 II. 38| dio de su mala andanza la Dueña Dolorida~ ~ Detrás de los 35 II. 38| había de romper, y fue la Dueña Dolorida, con estas palabras:~ ~ - 36 II. 38| sus razones a la Dolorida Dueña, dijo:~ ~ -Si vuestras cuitas, 37 II. 38| Oyendo lo cual la Dolorida Dueña hizo señal de querer arrojarse 38 II. 38| antigua y la más principal dueña de su madre. Sucedió, pues, 39 II. 38| y si yo fuera la buena dueña que debía, no me habían 40 II. 39| que ¿adónde podrá ir una dueña con barbas? ¿Qué padre o 41 II. 40| primero a ser monja que a dueña. ¡Desdichadas de nosotras 42 II. 41| por otro nombre llamada la dueña Dolorida, y compañía, con 43 II. 41| fin de la aventura de la Dueña Dolorida, que dio que reír 44 II. 45| en el camino a esta buena dueña, y el diablo, que todo lo 45 II. 48| Quijote con doña Rodríguez, la dueña de la Duquesa, con otros 46 II. 48| entrar a una reverendísima dueña con unas tocas blancas repulgadas 47 II. 48| extiende.~ ~ La brumada dueña, que oyó conjurarse, por 48 II. 48| sino doña Rodríguez, la dueña de honor de mi señora la 49 II. 48| señor mío? -respondió la dueña - . Mal me conoce vuesa 50 II. 48| engañarme agora con una dueña, lo que no ha podido con 51 II. 48| que no es posible que una dueña toquiblanca, larga y antojuna 52 II. 48| mundo. ¿Por ventura hay dueña en la tierra que tenga buenas 53 II. 48| carnes? Por ventura hay dueña en el orbe que deje de ser 54 II. 48| seguridad? -respondió la dueña.~ ~ -A vos y de vos la pido - 55 II. 48| lo creo yo -respondió la dueña - ; que de la gentil y agradable 56 II. 48| de Aragón, y en hábito de dueña aniquilada y asendereada, 57 II. 48| ese conjuro -respondió la dueña - , no puedo dejar de responder 58 II. 48| decirse. Luego sintió la pobre dueña que la asían de la garganta 59 II. 48| porque en dejando molida a la dueña los callados verdugos (la 60 II. 50| verdugos que azotaron a la dueña y pellizcaron y arañaron 61 II. 50| estancia de don Quijote, otra dueña que con ella dormía lo sintió, 62 II. 50| echó de ver; y así como la dueña la vio entrar en la estancia 63 II. 50| viniesen a ver lo que aquella dueña quería con don Quijote; 64 II. 50| Quijote y vapularon a la dueña del modo que queda contado; 65 II. 52| la aventura de la segunda dueña dolorida, o angustiada, 66 II. 52| rostro de doña Rodríguez, la dueña de casa, y la otra enlutada 67 II. 52| y prosopopeya:~ ~ -Buena dueña, templad vuestras lágrimas, 68 II. 52| rústico de quien esta buena dueña se queja, ni es menester 69 II. 52| menester que esta buena dueña y esta mala doncella pongan 70 II. 52| Yo sí pongo -respondió la dueña.~ ~ -Y yo también -añadió 71 II. 56| defensa de la hija de la dueña doña Rodríguez~ ~ No quedaron 72 II. 60| pequeña, una doncella y una dueña, son las que van en el coche; 73 II. 69| cortesía; menos mudas, señora dueña -dijo Sancho - ; que por