Parte. Capítulo

 1      I.     4|        coger el fruto de mis buenos deseos. Estas voces, sin duda,
 2      I.    13|             bien defraudados de sus deseos y bien engañados de sus
 3      I.    14|           han de correr iguales los deseos; que no todas hermosuras
 4      I.    14|         infinitos habían de ser los deseos. Y, según yo he oído decir,
 5      I.    14|          con las palabras; y si los deseos se sustentan con esperanzas,
 6      I.    14|           me entretiene. Tienen mis deseos por término estas montañas,
 7      I.    14|             de condescender con los deseos de ninguno de sus amantes;
 8      I.    16|          tenían despierto sus malos deseos, desde el punto que entró
 9      I.    24|             que me hacen que buenos deseos de satisfacerlas.~ ~ -Los
10      I.    24|        agradecimiento de tan buenos deseos como aquí se me han mostrado.~ ~
11      I.    24|              pintaba sus encendidos deseos, entretenía sus memorias
12      I.    24|         redujeron a tal término los deseos de don Fernando, que se
13      I.    24|      labradora, se le aplacaron sus deseos y se resfriaron sus ahíncos;
14      I.    24|       muertos, ni amortiguados) mis deseos, de los cuales di cuenta,
15      I.    24|        alabanzas movieron en él los deseos de querer ver doncella de
16      I.    27|            nuestros buenos y justos deseos. Ella me dijo, tan segura
17      I.    27|          tantos años de servicios y deseos tenía granjeada, me pusieron
18      I.    27| cristianamente llegar al fin de tus deseos, porque Luscinda es mi esposa,
19      I.    27|            juicio, mucha ambición y deseos de grandezas hicieron que
20      I.    27|        firmes esperanzas y honestos deseos.~ ~ Con estas voces y con
21      I.    28|             con el cielo, todos sus deseos; de los cuales, por ser
22      I.    28|        atada mi alma con mis buenos deseos, que son tan diferentes
23      I.    29|          imperio y yo al fin de mis deseos; que yo he mirado bien en
24      I.    31|       premio de sus muchos y buenos deseos sino que ella se contente
25      I.    33|        valor para poner en ella sus deseos; y si ella sale, como creo
26      I.    33|          está colmo el vacío de mis deseos; diré que me cupo en suerte
27      I.    33|            tierra, el blanco de sus deseos, el cumplimiento de sus
28      I.    33|          batalla por resistir a sus deseos, comenzó a requebrar a Camila,
29      I.    34|      teniendo por entendido que sus deseos y escritos a ella se encaminaban,
30      I.    34|          comienza la carrera de sus deseos, y en aquel mesmo punto
31      I.    34|    esperanza de cumplir tus infames deseos? ¿Cuándo tus amorosas palabras
32      I.    34|          siempre acude a los buenos deseos.~ ~ Atentísimo había estado
33      I.    37|            porque tiene grandísimos deseos de serlo.~ ~ -Luego, ¿no
34      I.    41|        poner en ejecución sus malos deseos; ni penséis que la ha movido
35      I.    41|         ella más estimaba. Pero los deseos de aquella gente no se extienden
36      I.    43|            conocimiento de nuestros deseos. En mi vida le he hablado
37      I.    43|           significarme más vuestros deseos que yo me muestre más desagradecido;
38      I.    44|          norte. Ella no sabe de mis deseos más de lo que ha podido
39      I.    46|             premio que merecían sus deseos (lo cual había visto Sancho,
40      I.    49|             más aliviado, y con más deseos de poner en obra lo que
41     II.     3|            mis lágrimas, mis buenos deseos y mis acometimientos pudiera
42     II.     7|       hallen en el laberinto de sus deseos, ni jamás se les cumpla
43     II.    14|            pensamientos y comedidos deseos con hacerme ocupar, como
44     II.    14|          cumplimiento de mis buenos deseos. Una vez me mandó que fuese
45     II.    15|          cuán mal había logrado sus deseos y el mal paradero que había
46     II.    18|             por fin y blanco de sus deseos. Reiteráronse los ofrecimientos
47     II.    20|             pues los límites de tus deseos no se extienden a más que
48     II.    21|      momento el cumplimiento de sus deseos.~ ~ Luego acudieron todos
49     II.    22|            sacarlas conformes a sus deseos e intenciones.~ ~ -Porque
50     II.    24|      curioso y siempre le fatigaban deseos de saber cosas nuevas, ordenó
51     II.    24|             tan bueno como vuestros deseos merecen.~ ~ El paje no aceptó
52     II.    29|           adelante de los atrevidos deseos y acometimientos de su señor.~ ~
53     II.    42|              te ves premiado de tus deseos. Otros cohechan, importunan,
54     II.    43|        favorece el cielo los buenos deseos. Y vámonos a comer, que
55     II.    44|             muralla en medio de mis deseos y de mi honestidad; y no
56     II.    48|             silencio despertará mis deseos que duermen, y harán que
57     II.    49|            porque los mal colocados deseos no pueden traer consigo
58     II.    49|             aúna Sancho le vinieron deseos y barruntos de casar al
59     II.    58|         ella declaró Altisidora sus deseos, que engendraron en mi pecho
60     II.    58|        obras, pongo en su lugar los deseos de hacerlas, y cuando éstos
61     II.    60|             efecto sus atropellados deseos. Finalmente, él me prometió
62     II.    60|           merecida, ni debida a mis deseos, con los cuales, ni con
63     II.    60|          han puesto en él no  qué deseos de venganza, que tienen
64     II.    62|       avenid, señoras, con vuestros deseos; que la que es reina de
65     II.    62|                  Dime, cabeza, ¿qué deseos tiene mi hijo el mayorazgo?~ ~ -
66     II.    62|   respondieron - que yo no juzgo de deseos; pero, con todo eso, te
67     II.    65|            dejé con el gobierno los deseos de ser más gobernador, no
68     II.    67|        vengo a descubrir mis castos deseos, pues no ando a buscar pan
69     II.    67|          los amores y los no buenos deseos por los campos como por
70     II.    71|            ajustan la cuenta de sus deseos. Finalmente, se entraron
71     II.    72|            Con estos pensamientos y deseos, subieron una cuesta arriba,
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