Parte. Capítulo

 1      I.     4|             y si le sacó el barbero sangre estando enfermo, vos en
 2      I.     5|          alguna herida; pero no vio sangre ni señal alguna. Procuró
 3      I.     5|             cansancio decía que era sangre de las feridas que había
 4      I.     9|            montaña, comenzó a echar sangre por las narices, y por la
 5      I.    10|            se cure; que le va mucha sangre de esa oreja; que aquí traigo
 6      I.    10|        mucha sotileza, antes que la sangre se yele, la pondrás sobre
 7      I.    13|             costó buen porqué de su sangre y de su sudor; y que si
 8      I.    14|            con tu presencia vierten sangre las heridas deste miserable
 9      I.    16|             le bañó toda la boca en sangre; y, no contento con esto,
10      I.    17|          las tengo todas bañadas en sangre; y después me molió de tal
11      I.    17|        ahora, porque se me va mucha sangre de la herida que esta fantasma
12      I.    17|           lo que él pensaba que era sangre no era sino sudor que sudaba,
13      I.    18|            reliquias antiguas de la sangre goda; los que en Pisuerga
14      I.    18|       herido de muerte, pues vomita sangre por la boca.~ ~ Pero reparando
15      I.    18|            sabor y olor, que no era sangre, sino el bálsamo de la alcuza,
16      I.    26|            que se las bañó todas en sangre. Visto lo cual por el Cura
17      I.    28|            imperio la nobleza de tu sangre para deshonrar y tener en
18      I.    29|          barbas, sin quijadas y sin sangre, lejos del rostro del escudero
19      I.    33|            de los ojos, lágrimas de sangre del corazón, como las lloraba
20      I.    33|           todas y nazcan de carne y sangre, y las de la mujer mala
21      I.    34|           también soy de carne y de sangre moza. Cuanto más, señora
22      I.    34|           saldré bañada en mi casta sangre, y en la impura del más
23      I.    34|          quiso matizar con su misma sangre; porque, viendo que no podía
24      I.    34|            en tierra y bañada en su sangre. Acudió Lotario con mucha
25      I.    34|            que procurase tomarle la sangre, porque él se iba adonde
26      I.    34|          tomó, como se ha dicho, la sangre a su señora, que no era
27      I.    35|           vida; que yo vi correr la sangre por el suelo, y la cabeza
28      I.    35|             de ser lo que le parece sangre a este buen hombre.~ ~ Y
29      I.    35|           mis mismísimos ojos, y la sangre corría del cuerpo como de
30      I.    35|             de una fuente.~ ~ -¿Qué sangre ni qué fuente dices, enemigo
31      I.    35|              No ves, ladrón, que la sangre y la fuente no es otra cosa
32      I.    35|          que derramada le vea yo su sangre. ¡Pues no se piense; que
33      I.    36|             que has de aniquilar tu sangre por mezclarla con la mía,
34      I.    36|         como alimentado con ilustre sangre) se ablandó y se dejó vencer
35      I.    37|            el suelo, y fue tanta la sangre que le salió, que los arroyos
36      I.    37|             un cuero horadado; y la sangre, seis arrobas de vino tinto
37      I.    37|             lo de ser vino tinto la sangre, no me engaño, vive Dios,
38      I.    40| ejercitastes,~ ~ ~ ~Que en propia y sangre ajena colorastes~ ~ ~ ~El
39      I.    44|          que le bañó los dientes en sangre; pero no por esto dejó el
40      I.    45|          que le bañó los dientes en sangre; el Oidor le defendía; don
41      I.    45|           palos, coces y efusión de sangre. Y en la mitad deste caos,
42      I.    51|             mismo pueblo, limpio en sangre, en la edad floreciente,
43      I.    51|          derramado una sola gota de sangre. Por otra parte, mostraba
44      I.    52|          cabrero; el cual, lleno de sangre el rostro, molido a coces
45      I.    52|        pobre caballero llovía tanta sangre como del suyo. Reventaban
46     II.     3|            cuchilla de su espada la sangre de los enemigos que había
47     II.    21|     quedando el triste bañado en su sangre y tendido en el suelo, de
48     II.    21|             de hierro que, lleno de sangre, en aquel lugar bien acomodado
49     II.    21|       acomodado tenía, preparada la sangre, según después se supo,
50     II.    23|            y limpiarme con ellas la sangre que tenían, de haberos andado
51     II.    32|            causa que sobre la buena sangre resplandece y campea la
52     II.    32|          que las virtudes adoban la sangre, y que en más se ha de estimar
53     II.    35|             daño sacaros un poco de sangre.~ ~ -Muchos médicos hay
54     II.    35|            estar obligado a sacarme sangre con la diciplina, y que
55     II.    36|         sentir; porque la letra con sangre entra, y no se ha de dar
56     II.    42|      príncipes y señores; porque la sangre se hereda, y la virtud se
57     II.    42|          vale por sí sola lo que la sangre no vale.~ ~Siendo esto así,
58     II.    57|          cortares los callos,~ ~ ~ ~Sangre las heridas viertan,~ ~ ~ ~
59     II.    59|             de azotarse un hombre a sangre fría es cosa recia, y más
60     II.    60|            por donde envuelta en su sangre saliese mi honra. Allí le
61     II.    60|            él sino recién derramada sangre; pero tendiendo la vista
62     II.    60|             de manera, que sobre la sangre y pecho de don Vicente se
63     II.    63|       ejecutan bien las venganzas a sangre helada; procuraron luego
64     II.    71|            ajena me cuesta gotas de sangre, mamonas, pellizcos, alfilerazos
65     II.    71|           brevedad aquel negocio, a sangre caliente y cuando estaba
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