Parte. Capítulo

 1      I.    40|    decir en lengua turquesca el renegado tiñoso, porque lo era, y
 2      I.    40|       renegados; y yo cupe a un renegado veneciano, que siendo grumete
 3      I.    40|         vino a ser el más cruel renegado que jamás se ha visto. Llamábase
 4      I.    40|       determiné de fiarme de un renegado, natural de Murcia, que
 5      I.    40|         que pueden, como el tal renegado es hombre de bien, y que
 6      I.    40|      otro fue de manera, que el renegado entendió que no acaso se
 7      I.    40|    arrepentimiento dijo esto el renegado, que todos de un mesmo parecer
 8      I.    40|      hacer, luego al momento el renegado escribió las razones que
 9      I.    40|      misma noche volvió nuestro renegado, y nos dijo que había sabido
10      I.    40|         luego en consejo con el renegado en qué orden se tendría
11      I.    40|       quedamos en esto, dijo el renegado que no tuviésemos pena;
12      I.    40|   moneda alguna. Estaba allí el renegado; dímosle a leer el papel
13      I.    40|        todo lo cual se opuso el renegado, diciendo que en ninguna
14      I.    40|         moros no consienten que renegado alguno compre ni tenga barca,
15      I.    40|      manos de Dios y en las del renegado, y en aquel mismo punto
16      I.    40|     luego quinientos escudos al renegado para comprar la barca; con
17      I.    41|         días, cuando ya nuestro renegado tenía comprada una muy buena
18      I.    41|       de propósito, se ponía el renegado con los morillos que bogaban
19      I.    41|       al buen deseo que nuestro renegado tenía; el cual, viendo cuán
20      I.    41|       de cuanto había pasado al renegado y a mis compañeros, y ya
21      I.    41|     hablé en el jardín, nuestro renegado, al anochecer, dio fondo
22      I.    41|         sabían el concierto del renegado, sino que pensaban que a
23      I.    41|        llegó a nosotros nuestro renegado diciéndonos que en qué nos
24      I.    41|         haciéndonos asimismo el renegado la guía, fuimos al jardín
25      I.    41|        la comencé a besar, y el renegado hizo lo mismo, y mis dos
26      I.    41|         de nuestra libertad. El renegado le dijo en lengua morisca
27      I.    41|         despertalle -replicó el renegado - , y llevárnosle con nosotros,
28      I.    41|     ningún ruido. Preguntéle al renegado lo que con ella había pasado,
29      I.    41|     temerosa confusión; pero el renegado, viendo el peligro en que
30      I.    41|         pero tornóle a decir el renegado que no hablase palabra;
31      I.    41|      las muchas amenazas que el renegado le hacía. Viéndose, pues,
32      I.    41|      atados estaban, le dijo al renegado que me dijese le hiciese
33      I.    41|      tanto la había querido. El renegado me lo dijo; y yo respondí
34      I.    41|       los moros bagarinos, y el renegado les consoló diciéndoles
35      I.    41|        hija nos lo declaraba el renegado, y ella no le respondía
36      I.    41|      venía dentro. A lo cual el renegado, sin aguardar que Zoraida
37      I.    41|      mano; comimos de lo que el renegado había proveído, y rogamos
38      I.    41|   lengua francesa, dijo nuestro renegado:~ ~ - Ninguno responda;
39      I.    41|       sucedido aquello. Nuestro renegado tomó el cofre de las riquezas
40      I.    41|         le ofrecieron fueron el renegado y Zoraida, y como él los
41      I.    41|       que era, acordamos que el renegado se desnudase las ropas del
42      I.    41|         mejor se pudo le dio el renegado a entender lo que significaban,
43      I.    41|       casas del pueblo; pero al renegado, Zoraida y a mí nos llevó
44      I.    41|       al cabo de los cuales, el renegado, hecha su información de
45     II.    63|         que después pareció ser renegado español:~ ~ -Este mancebo,
46     II.    63|      turco de nación, o moro, o renegado?~ ~ A lo cual el mozo respondió,
47     II.    63|    turco de nación, ni moro, ni renegado.~ ~ -Pues ¿qué eres? -replicó
48     II.    63|       Vino también conmigo este renegado español -señalando al que
49     II.    63|   traíamos de que a mí y a este renegado en la primer parte de España,
50     II.    63|      fue tal como el que dio el renegado español que se ha dicho,
51     II.    63|         el virrey el fiarse del renegado, ni confiar dél los cristianos
52     II.    64|       trecho, y yo me atengo al renegado, que me parece muy hombre
53     II.    64|      Don Antonio dijo que si el renegado no saliese bien del caso,
54     II.    64|       allí a dos días partió el renegado en un ligero barco de seis
55     II.    65|  Quijote; que don Gregorio y el renegado que fue por él está en la
56     II.    65|        cuenta don Gregorio y el renegado al visorrey de su ida y
57     II.    65|        a Ana Félix, vino con el renegado a casa de don Antonio; y
58     II.    65| honestos pensamientos. Contó el renegado la industria y medio que
59     II.    65|   satisfizo liberalmente así al renegado como a los que habían bogado
60     II.    65|     Reincorporóse y redujóse el renegado con la Iglesia, y de miembro
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