Parte. Capítulo

 1      I.     2|       hallaron cansados y muertos de hambre; y que, mirando a todas
 2      I.     2|            pudiese remediar su mucha hambre y necesidad, vio, no lejos
 3      I.    17|             a caballo, con sed y con hambre, con calor y con frío, sujetos
 4      I.    19|             ello era que perecían de hambre; que con la falta de las
 5      I.    19|             le hace tan mala cara la hambre y la falta de las muelas,
 6      I.    19|      conviene; la montaña, cerca; la hambre carga: y no hay que hacer
 7      I.    19|            yerba, con la salsa de su hambre, almorzaron, comieron, merendaron
 8      I.    20|              causa mayor pena que la hambre.~ ~ Parecióle bien el consejo
 9      I.    22|         golfo, y se está muriendo de hambre, sin tener adonde comprar
10      I.    23|            robo del gabán, y toda la hambre, sed y cansancio que había
11      I.    24|             que satisfizo el Roto su hambre, comiendo lo que le dieron
12      I.    27|     asperezas, del cansancio y de la hambre se cayó mi mula muerta,
13      I.    27|            naturaleza, traspasado de hambre, sin tener, ni pensar buscar,
14      I.    27|              del cual me levanté sin hambre, y hallé junto a mí a unos
15      I.    29|          flaco, amarillo y muerto de hambre, y suspirando por su señora
16      I.    31| satisficieron, aunque poco, la mucha hambre que todos traían.~ ~ Estando
17      I.    31|              estamos sujetos a mucha hambre y a mala ventura, y aun
18      I.    37|         padece por sus partes, ya en hambre, ya en frío, ya en desnudez,
19      I.    37|          desde una silla, trocada su hambre en hartura, su frío en refrigerio,
20      I.    38|             cuesta tiempo, vigilias, hambre, desnudez, váguidos de cabeza,
21      I.    40|              de rescate; y aunque la hambre y desnudez pudiera fatigarnos
22     II.     5|          mejor salsa del mundo es la hambre; y como ésta no falta a
23     II.     6|            ni padecer calor ni frío, hambre ni sed; pero nosotros, los
24     II.     7|             como del frío, así de la hambre como de la sed, con todas
25     II.    10|            sed, y de beber al que ha hambre. - Todo eso está muy bien.
26     II.    12|        dejaban, o no les compelía la hambre a buscar sustento. Digo
27     II.    18|              rehusaba de volver a la hambre que se usa en las florestas,
28     II.    20|        sustentar en la esterilidad y hambre al que le sirvió en la fertilidad
29     II.    20|            quien tiene juridición la hambre, merced al rico Camacho.
30     II.    20|           pone delante, porque tiene hambre canina, que nunca se harta;
31     II.    21|              y pensativo, aunque sin hambre, sin apearse del rucio,
32     II.    22|              que el amor tiene es la hambre y la continua necesidad;
33     II.    22|          comer, que traía grandísima hambre. Tendieron la arpillera
34     II.    23|         Quijote - , ni aun he tenido hambre, ni por pensamiento.~ ~ -
35     II.    24|             los hacen esclavos de la hambre, de quien no piensan ahorrarse
36     II.    26|           tengo ciertos barruntos de hambre.~ ~ -Por esta figura -dijo
37     II.    26|           imagino que el cariño y la hambre le han de forzar a que me
38     II.    37|       principales, aunque muramos de hambre y cubramos con un negro
39     II.    44|           hilaza del herreruelo y la hambre de su estómago!».~ ~ Todo
40     II.    47|          deje gozar, que me muero de hambre, y el negarme la comida,
41     II.    47|             pésima, como es la de la hambre.~ ~ -También -dijo el maestresala -
42     II.    49|              que quiere que muera de hambre, y afirma que esta muerte
43     II.    51|              esta sofistería padecía hambre Sancho; y tal, que en su
44     II.    51|              había dado; pero con su hambre y con su conserva se puso
45     II.    51|         cargo de conciencia matar de hambre a tan discreto gobernador;
46     II.    51|         corazón de los pobres que la hambre y la carestía.~ ~ ~ «No
47     II.    51|       gobierno, en el cual tengo más hambre que cuando andábamos los
48     II.    51|      Finalmente, él me va matando de hambre, y yo me voy muriendo de
49     II.    53|             a despecho y pesar de la hambre, le comenzaba a cerrar los
50     II.    53|          impertinente que me mate de hambre; y más quiero recostarme
51     II.    55|          Aquí habremos de perecer de hambre yo y mi jumento, si ya no
52     II.    55|       profundo del abismo: muerto de hambre, descolorido, y sin blanca,
53     II.    55|           pleitos, siempre muerto de hambre, por haberlo querido así
54     II.    58|          entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con
55     II.    59|              pienso dejarme morir de hambre, muerte la más cruel de
56     II.    60|       imaginaciones mucho más que la hambre, no podía pegar sus ojos;
57     II.    62|              es que, cuando él tiene hambre, parece algo tragón, porque
58     II.    68|    pensamientos, manjar que quita la hambre, agua que ahuyenta la sed,
59     II.    68|              piojos y les embista la hambre. Si los escuderos fuéramos
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