Parte. Capítulo

 1      I.     2|             lanza y adarga, llenas de miedo se iban a entrar en la venta;
 2      I.     2|            coligiendo por su huida su miedo, alzándose la visera de
 3      I.     8|             son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte
 4      I.     9|               que ni el interés ni el miedo, el rancor ni la afición,
 5      I.    18|               los dos rebaños.~ ~ -El miedo que tienes -dijo don Quijote -
 6      I.    18|         porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y
 7      I.    19|               bien bastaba para poner miedo en el corazón de Sancho,
 8      I.    20|              son bastantes a infundir miedo, temor y espanto en el pecho
 9      I.    20|       apartado de aquí, cuando yo, de miedo,  mi anima a quien quisiere
10      I.    20|              Sancho - ; pero tiene el miedo muchos ojos, y vee las cosas
11      I.    20|               dél un dedo: tal era el miedo que tenía a los golpes que
12      I.    20|              por él; mas era tanto el miedo que había entrado en su
13      I.    20|               que a él le ponía tanto miedo. Oyólo don Quijote, y dijo:~ ~ -¿
14      I.    20|              Sancho, que tienes mucho miedo.~ ~ -Sí tengo -respondió
15      I.    20|              lo es de contar, el gran miedo que hemos tenido? A lo menos,
16      I.    21| aborrecimiento que les tenían, por el miedo en que les habían puesto.~ ~
17      I.    23|               aparté deste peligro de miedo, sino por complacer a tus
18      I.    23|               es, no es, de sombra de miedo, estoy ya para quedarme,
19      I.    23|           había escapado, llevado del miedo de la Santa Hermandad, de
20      I.    23|               suerte y su suerte y su miedo a la misma parte donde había
21      I.    23|           había escapado, llevado del miedo de la Santa Hermandad, de
22      I.    23|               llevóle sus suerte y su miedo a la misma parte donde había
23      I.    23|           merced, luego es conmigo el miedo, que me asalta con mil géneros
24      I.    27|               quejarme, sin respeto o miedo de ser escuchado ni conocido,
25      I.    28|          espeso desta montaña, con el miedo de no ser hallados. Pero
26      I.    30|             él de maligno y por poner miedo y espanto a los que mira,
27      I.    35|              la mataría. Ella, con el miedo, sin saber lo que se decía,
28      I.    38|             mí ningún peligro me pone miedo, todavía me pone recelo
29      I.    39|              combatidos: tanto era el miedo que habían cobrado a nuestra
30      I.    40|             papel. Así que, sin tener miedo, nos puedes avisar de todo
31      I.    40|           noche, me podréis sacar sin miedo, y llevarme a la barca;
32      I.    41|               común y casi natural el miedo que los moros a los turcos
33      I.    46|             no se encaminen a ponerme miedo; que si tú le tienes, haces
34     II.    10|           Finalmente, aunque con este miedo y recelo, las escribió de
35     II.    11|         alborotó a don Quijote y puso miedo en el corazón de Sancho;
36     II.    11|            sacudiéndole con ellas, el miedo y ruido, más que el dolor
37     II.    14|             quedando del golpe, o del miedo, tendido en el suelo, y
38     II.    17|                en verdad que no es de miedo; sin duda creo que es terrible
39     II.    17|               que una montaña.~ ~ -El miedo, a lo menos -respondió don
40     II.    17|            perdiendo alguna parte del miedo, poco a poco se vinieron
41     II.    20|                   Nunca conocí qué es miedo;~ ~ ~ ~Todo cuanto quiero
42     II.    35|          recibió pesadumbre ,y Sancho miedo, y los Duques hicieron algún
43     II.    36|             hay que decir sino que el miedo le llevó a su acostumbrado
44     II.    41|           lugar. Destierra, amigo, el miedo; que, en efecto, la cosa
45     II.    48|          espaldas para irse, y con el miedo tropezó en sus faldas y
46     II.    53|              dijo otro - ; que más el miedo que las tablas le impiden
47     II.    54|      quitársela en el camino; pero el miedo de ir contra el mandado
48     II.    55|             luz; pero ninguna vez sin miedo. «¡Válame Dios todopoderoso! -
49     II.    55|                y me estoy muriendo de miedo.~ ~ Dejóle don Quijote,
50     II.    56|             asalto de la ínsula, y el miedo de Sancho, y su salida,
51     II.    60|           zapatos y calzas. Tembló de miedo; acudió a otro árbol, y
52     II.    60|              sucedido, y de qué tenía miedo, le respondió Sancho que
53     II.    60|                No tienes de qué tener miedo, porque estos pies y piernas
54     II.    63|                y agobiándola lleno de miedo, la puso entre las piernas.
55     II.    68|             jumento, tan temblando de miedo como alborotado don Quijote.
56     II.    68|           creció en los dos presos el miedo, y más cuando oyeron que
57     II.    68|             admiración y les dobló el miedo, como se verá en el siguiente
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