Parte. Capítulo

 1      I.     6|          a trueco de quemar a la reina Pintiquiniestra, y al pastor
 2      I.     7|          mi oíslo, vendría a ser reina, y mis hijos infantes.~ ~ -
 3      I.     7|          vale dos maravedís para reina; condesa le caerá mejor,
 4      I.    13|        Lanzarote del Lago con la reina Ginebra, siendo medianera
 5      I.    13|         ser de princesa, pues es reina y señora mía; su hermosura,
 6      I.    16|          Toboso, aunque la mesma reina Ginebra con su dama Quintañona
 7      I.    19|         pan a manteles ni con la reina folgar, con todo aquello
 8      I.    21|         al aposento de la señora Reina, adonde el caballero la
 9      I.    21|        noche, cenará con el Rey, Reina e Infanta, donde nunca quitará
10      I.    21|         despedir del Rey y de la Reina y de la Infanta; dícenle,
11      I.    24|         estaba amancebado con la reina Madásima.~ ~ -Eso no ¡voto
12      I.    24| bellaquería, por mejor decir: la reina Madásima fue muy principal
13      I.    25|         volver tanto por aquella reina Magimasa, o como se llama?
14      I.    25|          principal señora era la reina Madásima, yo  que dijeras
15      I.    25|          decir ni pensar que una reina esté amancebada con un cirujano.
16      I.    25|          de ayo y de médico a la Reina; pero pensar que ella era
17      I.    25|          guisa y pro como fue la reina Madásima, a quien yo tengo
18      I.    29|        alta princesa Micomicona, reina del gran reino Micomicón
19      I.    30|         madre, que se llamaba la reina Jaramilla, había de morir
20      I.    30|         ya me cuento y tengo por reina y señora de todo mi reino,
21      I.    30|    tenemos ya reino que mandar y reina con quien casar.~ ~ -¡Eso
22      I.    30|       Pues ¡monta que es mala la reina! ¡Así se me vuelvan las
23      I.    30|      señal que la recibía por su reina y señora. ¿Quién no había
24      I.    30|      merced una por una con esta reina, ahora que la tenemos aquí
25      I.    31|   Llegaste, ¿y qué hacía aquella reina de la hermosura? A buen
26      I.    36|         era, como él pensaba, la reina Micomicona, de quien él
27      I.    37|   tenemos que pagar, y verá a la Reina convertida en una dama particular,
28      I.    37|        se ha deshecho, porque de reina y gran señora que solíades
29      I.    37|          demás, de que la señora reina se esté como se estaba,
30      I.    37|        está a mi lado es la gran reina que todos sabemos, y que
31      I.    45|           alcabala, chapín de la reina, moneda forera, portazgo
32      I.    46|      jumento y el palafrén de la Reina, y despidámonos del castellano
33      I.    46|      esta señora que se dice ser reina del gran reino Micomicón
34      I.    46|         de dama cortesana que de reina de tan gran reino), y no
35      I.    46|   invención de la libertad de la reina Micomicona, pudiesen el
36      I.    47|          embustes. En fin, donde reina la envidia no puede vivir
37      I.    47|         la facilidad con que una reina o emperatriz heredera se
38      I.    49|       amores de don Tristán y la reina Iseo, como los de Ginebra
39      I.    52|       brioso,~ ~ ~ ~Es Dulcinea, reina del Toboso,~ ~ ~ ~De quien
40     II.     8|         de Santángel en Roma; la reina Artemisa sepultó a su marido
41     II.    10|  rodillas en el suelo, dijo:~ ~ -Reina y princesa y duquesa de
42     II.    10|          a la que Sancho llamaba reina y señora, y como no descubría
43     II.    11|       que es la del autor, va de Reina; el otro, de Soldado; aquél,
44     II.    11|        el Ángel, sin quedarse la Reina ni el dios Cupido, y todos
45     II.    16|          que estudiara, ni de la reina de todas, la Teología. Quisiera
46     II.    19|      Quiteria, sino con la mesma reina Ginebra, si fuera hoy viva,
47     II.    23|       las cuales conocía él a la reina Ginebra y su dueña Quintañona,
48     II.    29|     caballero oprimido, o alguna reina, infanta o princesa malparada,
49     II.    32|        que la puede llevar a ser reina de corona y ceptro; que
50     II.    38|      cabo Comorín, fue señora la reina doña Maguncia, viuda del
51     II.    39|       que recibió tanto enojo la reina doña Maguncia, madre de
52     II.    39|     parecíame a mí que estaba la reina Maguncia obligada a desmayarse
53     II.    39|        adelfas. Muerta, pues, la reina, y no desmayada, la enterramos;
54     II.    39|     encima de la sepultura de la Reina el gigante Malambruno, primo
55     II.    41|         la sepultura, sino a ser reina de Francia, si no mienten
56     II.    62|   vuestros deseos; que la que es reina de los míos, la sin par
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