Parte. Capítulo

 1     II.     8|             y púsola cual no digan dueñas, y ella quedó satisfecha,
 2     II.    31|           vuestro jumento; que las dueñas desta casa no estamos acostumbradas
 3     II.    31|         damas curaban dél,~ ~ ~ ~Y dueñas del su rocino;~ ~ ~ ~y que
 4     II.    31|           un tal Lanzarote, y unas dueñas a su rocino, y, sobre todo,
 5     II.    33|            y todas las doncellas y dueñas de la Duquesa le rodearon
 6     II.    33|            propio y natural de las dueñas pensar jumentos que autorizar
 7     II.    36|         mujeres, en especial a las dueñas viudas, menoscabadas y doloridas,
 8     II.    37|            que donde interviniesen dueñas no podía suceder cosa buena. ¡
 9     II.    37|           saco que, pues todas las dueñas son enfadosas e impertinentes,
10     II.    37|      cuando las Condesas sirven de dueñas, será sirviendo a reinas
11     II.    37| señorísimas que se sirven de otras dueñas.~ ~ A esto respondió doña
12     II.    37|         que se halló presente:~ ~ -Dueñas tiene mi señora la Duquesa
13     II.    37|            y nadie diga mal de las dueñas, y más de las antiguas y
14     II.    37|        tanto que trasquilar en las dueñas, según mi barbero, cuanto
15     II.    37|      volver por sí y por las demás dueñas, para confundir la mala
16     II.    37|            no se me da por cuantas dueñas hay un cabrahigo.~ ~ Adelante
17     II.    38|    adelante hasta cantidad de doce dueñas, repartidas en dos hileras,
18     II.    38|       Trifaldi.~ ~ Venían las doce dueñas y la señora a paso de procesión,
19     II.    38|          miraban. Pararon las doce dueñas, y hicieron calle, por medio
20     II.    38|            de alguna de sus muchas dueñas; pero no fue posible, hasta
21     II.    39|            traer ante sí todas las dueñas de palacio, que fueron éstas
22     II.    39|  vituperado las condiciones de las dueñas, sus malas mañas y peores
23     II.    39|            la Dolorida y las demás dueñas alzaron los antifaces con
24     II.    39|           un bosque su rostro? ¡Oh dueñas y compañeras mías, en desdichado
25     II.    40|            a mujeres, nosotras las dueñas de mi señora por jamás quisimos
26     II.    40|            por quitar las barbas a dueñas, ¡mal año! Más que las viese
27     II.    40|                 Mal estáis con las dueñas, Sancho amigo -dijo la Duquesa - :
28     II.    40|           que no tenéis razón: que dueñas hay en mi casa que pueden
29     II.    40|          que pueden ser ejemplo de dueñas; que aquí está mi doña Rodríguez,
30     II.    40|            lampiñas que seamos las dueñas, también nos parieron nuestras
31     II.    40|        Desdichadas de nosotras las dueñas; que aunque vengamos por
32     II.    41|            señora, y a todas estas dueñas rasas y mondas.~ ~ -Eso
33     II.    41|          Vamos ahora a rapar estas dueñas; que a la vuelta, yo le
34     II.    41|          en ella, cuando todas las dueñas y cuantos estaban presentes
35     II.    41|           barbado escuadrón de las dueñas, y la Trifaldi y todo, y
36     II.    41|      voluntad, y las barbas de las dueñas ya quedan lisas y mondas,
37     II.    41|          rostros de las venerables dueñas, que ya no parecían, se
38     II.    41|           todo el escuadrón de las dueñas, con la Trifaldi, había
39     II.    44|          de Sancho, que escuderos, dueñas y doncellas había en su
40     II.    48|        quien se dice que tenía dos dueñas de bulto con sus antojos
41     II.    48|         aquellas estatuas como las dueñas verdaderas!» Y, diciendo
42     II.    50|       sintió, y que como todas las dueñas son amigas de saber, entender
43     II.    50|            costumbre que todas las dueñas tienen de ser chismosas,
44     II.    56|         los jueces del campo y las dueñas, madre y hija, demandantes,
45     II.    56|         cayese; luego entraron las dueñas y se sentaron en sus asientos,
46     II.    56|        plaza, y llegando donde las dueñas estaban, se puso algún tanto
47     II.    56|            con Tosilos habló a las dueñas, preguntándoles si consentían
48     II.    57|           deshora, entre las otras dueñas y doncellas de la Duquesa,
49     II.    69|               Y en tanto que a sus dueñas mi señora~ ~ ~ ~Vistiere
50     II.    69|           patio venían, hasta seis dueñas en procesión, una tras otra,
51     II.    69|            consentir que me toquen dueñas, ¡eso no! Gatéenme el rostro,
52     II.    69|        señores; pero que me toquen dueñas no lo consentiré si me llevase
53     II.    69|         muertos.~ ~ Ya estaban las dueñas cerca de Sancho, cuando
54     II.    69|              Finalmente, todas las dueñas le sellaron, y otra mucha
55     II.    69|            él estaba, dio tras las dueñas, y tras todos su verdugos,
56     II.    70|           que por habérmelas hecho dueñas, que confundidas sean; y
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License