Parte. Capítulo

 1      I.     1|         tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla
 2      I.     2| verdaderamente fuera enamorado: «¡Oh princesa Dulcinea, señora deste cautivo
 3      I.     8|            que llevan hurtada alguna princesa en aquel coche, y es menester
 4      I.    13|           por lo menos, ha de ser de princesa, pues es reina y señora
 5      I.    13|              nunca tal nombre ni tal princesa había llegado jamás a su
 6      I.    16|             en sus libros de la otra princesa que vino a ver el mal ferido
 7      I.    21|         malos sucesos, y rogarále la Princesa que se detenga lo menos
 8      I.    24|             de presumir que tan alta princesa se había de amancebar con
 9      I.    25|         Dulcinea debía de ser alguna princesa de quien vuestra merced
10      I.    25|          tanto vale como la más alta princesa de la tierra. Sí, que no
11      I.    25|            cuenta que es la más alta princesa del mundo. Porque has de
12      I.    29|            ha venido a buscarle esta princesa.~ ~ -Dichosa buscada y dichoso
13      I.    29|           que se case luego con esta princesa, y así quedará imposibilitado
14      I.    29|               respondió el cura - la princesa Micomicona, porque, llamándose
15      I.    29|          esta que lo pide es la alta princesa Micomicona, reina del gran
16      I.    29|           había de casar con aquella princesa, y ser, por lo menos, rey
17      I.    29|             y yo  que mi señora la Princesa será servida, por mi amor,
18      I.    29|            que yo creo -respondió la Princesa - ; y también  que no
19      I.    29|             a saber, don Quijote, la Princesa y el Cura, y los tres a
20      I.    30|             olvidado que se llama la princesa Micomicona, legítima heredera
21      I.    30|            de querer decir la señora Princesa que después que desembarcó
22      I.    30|              el casarse con tan alta princesa como aquésta? ¿Piensa que
23      I.    30|             no casarse con esta gran princesa, claro está que no será
24      I.    31|            don que he prometido a la princesa que con nosotros viene,
25      I.    31|             la cabeza, y pondré a la Princesa pacíficamente en su estado,
26      I.    31|            cuanto el ir antes con la princesa que a ver a Dulcinea. Y
27      I.    32|     preguntase por el escudero de la Princesa, le dirían que ella le había
28      I.    35|         gigante enemigo de la señora princesa Micomicona, que le ha tajado
29      I.    35|             se hallaba delante de la princesa Micomicona, se hincó de
30      I.    35|          esto Sancho, y aseguró a la princesa que tuviese por cierto que
31      I.    37|            su ditado, y que la linda princesa Micomicona se le había vuelto
32      I.    37|           gigante, ni de volver a la Princesa su reino; que ya todo está
33      I.    37|           Quijote, y esperó a que la Princesa le respondiese; la cual,
34      I.    37|              de decir ahora que esta princesa se había vuelto en una doncella
35      I.    37|             la mutación de la señora princesa Micomicona; pero en lo que
36      I.    37|            en esto; y pues la señora Princesa dice que se camine mañana,
37      I.    44|         encantado, como mi señora la princesa Micomicona me  licencia
38      I.    44|            que yo pido licencia a la princesa Micomicona para poder socorrerle
39      I.    44|              en una grave mengua. La Princesa se la dio de buen talante,
40      I.    48|      consejero, un rey ganapán y una princesa fregona? ¿Qué diré, pues,
41     II.     4|               viniendo con la señora princesa Micomicona, conocí mi asno,
42     II.     5|             ora la hagáis duquesa, o princesa; pero séos decir que no
43     II.     9|           los palacios de la sin par princesa doña Dulcinea del Toboso?~ ~ -
44     II.     9|             merced razón desa señora princesa, porque tienen la lista
45     II.     9|         tengo que en todo él no vive princesa alguna; muchas señoras,
46     II.     9|             una en su casa puede ser princesa.~ ~ -Pues entre ésas -dijo
47     II.    10|            quien no dice nada, a una princesa, y en ella al sol de la
48     II.    10|             venga, y verá venir a la Princesa nuestra ama vestida y adornada;
49     II.    10|             desear, especialmente la Princesa Dulcinea mi señora, que
50     II.    10|             suelo, dijo:~ ~ -Reina y princesa y duquesa de la hermosura,
51     II.    10|            respondió Sancho:~ ~ -¡Oh princesa y señora universal del Toboso! ¿
52     II.    29|              alguna reina, infanta o princesa malparada, para cuyo socorro
53     II.    30|            la hermosura, y universal princesa de la cortesía.~ ~ -¡Pasito,
54     II.    32|            encantada y convertida de princesa en labradora, de hermosa
55     II.    67|             al de pastora como al de princesa, no hay para qué cansarme
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