Parte. Capítulo

 1      I.     2|     lenguaje, no entendido de las señoras, y el mal talle de nuestro
 2      I.     2|          eran algunas principales señoras y damas de aquel castillo,
 3      I.     2|            que éste es el nombre, señoras mías, de mi caballo, y don
 4      I.     2|           y ansí, una de aquellas señoras servía deste menester. Mas
 5      I.     8|           con las memorias de sus señoras. No la pasó ansí Sancho
 6      I.     9|         ciego don Quijote, si las señoras del coche, que hasta entonces
 7      I.     9|              Por cierto, fermosas señoras, yo soy muy contento de
 8      I.     9|         temerosas y desconsoladas señoras, sin entrar en cuenta de
 9      I.    11|          por dondequiera, solas y señoras, sin temor que la ajena
10      I.    15|      deseo de refocilarse con las señoras facas, y saliendo, así como
11      I.    22|          voy por cinco años a las señoras gurapas por faltarme diez
12      I.    32|      cuando están ausentes de sus señoras; que en verdad que algunas
13      I.    32|           sólo  que hay algunas señoras de aquéllas tan crueles,
14      I.    34|          que los descuidos de las señoras quitan la vergüenza a las
15      I.    34|         otros, los pecados de las señoras: que se hacen esclavas de
16      I.    37|         decían callaba, dijo:~ ~ -Señoras mías, esta doncella apenas
17      I.    37|      caballeros, y al lado de las señoras, el Cura y el Barbero. Y
18      I.    42|   doncella, se fuese con aquellas señoras, lo que ella hizo de muy
19      I.    42|            eceto el Cautivo y las señoras, que cenaron de por sí en
20      I.    46|           y en la destas ínclitas señoras, y tales deshonestidades
21      I.    47|            No lloréis, mis buenas señoras; que todas estas desdichas
22      I.    47|          todas aquellas contentas señoras, especialmente de Dorotea
23      I.    52|         gritos que las dos buenas señoras alzaron, las bofetadas que
24     II.     1|        quien ellos escogieron por señoras de sus pensamientos, vengarse
25     II.     8|   guardamos a las que hemos hecho señoras de nuestros pensamientos;
26     II.     9|          y costumbre de las altas señoras y princesas.~ ~ -Señor -
27     II.     9|           princesa alguna; muchas señoras, sí, principales, que cada
28     II.    10|      ellas vienen las más galanas señoras que se puedan desear, especialmente
29     II.    10|           suyo de las principales señoras, que es el buen olor, por
30     II.    23|         que debían de ser algunas señoras principales encantadas,
31     II.    23|         allí estaban otras muchas señoras de los pasados y presentes
32     II.    30|      embajadas a altas y crecidas señoras en esta vida!~ ~ -Si no
33     II.    32|            y dijo:~ ~ -De grandes señoras, grandes mercedes se esperan;
34     II.    33|         cuán mal estaba con estas señoras un hidalgo de mi lugar!~ ~ -
35     II.    40|       poblados los rostros destas señoras, que cierto sería mal caso.~ ~ -¡
36     II.    40|           echaros un vos nuestras señoras, si pensasen por ello ser
37     II.    41|          que le acompañe, y estas señoras otro modo de alisarse los
38     II.    41|      perdónenme las barbas destas señoras, que bien se está San Pedro
39     II.    41|          barbas y lágrimas destas señoras las tengo clavadas en el
40     II.    44|          en la boca de las buenas señoras no ha de haber ninguna que
41     II.    48|          dicen que se usan, y las señoras iban a las ancas de sus
42     II.    50|           señora! Con estas tales señoras me entierren a mí, y no
43     II.    50|         vuestras mercedes que las señoras de Aragón, aunque son tan
44     II.    50|   puntuosas y levantadas como las señoras castellanas: con más llaneza
45     II.    52|          sus criadas, sino como a señoras aventureras que venían a
46     II.    52|        muchos: «-¿Quién son estas señoras deste coche?» Y un criado
47     II.    56| bellaquería!~ ~ -No vos acuitéis, señoras -dijo don Quijote - ; que
48     II.    58|           belleza. No os canséis, señoras, en detenerme, porque las
49     II.    58|          va a Zaragoza, que estas señoras zagalas contrahechas que
50     II.    62|          venidos. Allá os avenid, señoras, con vuestros deseos; que
51     II.    62|           dos amigos, con las dos señoras que habían molido a don
52     II.    71|      Quijote, dijo:~ ~ -Estas dos señoras fueron desdichadísimas,
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