Parte. Capítulo

 1      I.    11|           que vuelto del revés le pusieron. Sentóse don Quijote, y
 2      I.    11|         avellanadas, y juntamente pusieron un medio queso, más duro
 3      I.    11|     aquéllos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no
 4      I.    13|     diligencia, y con la mesma se pusieron luego todos en camino. Y
 5      I.    13|          los que con él venían se pusieron a mirar las andas, y en
 6      I.    13|      tenían el mesmo deseo, se le pusieron a la redonda, y él, leyendo
 7      I.    14|        los papeles de Grisóstomo, pusieron su cuerpo en ella, no sin
 8      I.    21|          tomar ninguno cierto, se pusieron a caminar por donde la voluntad
 9      I.    22|         pero, volviendo sobre sí, pusieron mano a sus espadas los de
10      I.    22|          dejarle en cueros, se le pusieron todos a la redonda para
11      I.    24|           a deseo; porque, aunque pusieron silencio a las lenguas,
12      I.    27|       sino tan bien, que luego la pusieron por obra. Pidiéronle a la
13      I.    27|        deseos tenía granjeada, me pusieron alas, pues, casi como en
14      I.    29|           pie. En efeto, ellos se pusieron en el llano, a la salida
15      I.    29|         señalando a Cardenio - le pusieron como de nuevo. Y es lo bueno
16      I.    30|       Cardenio y el Barbero se le pusieron al lado, deseosos de ver
17      I.    36|          saber por qué las hacía, pusieron gran lástima en Dorotea
18      I.    37|           otros disparates que me pusieron en la mayor confusión que
19      I.    37|          el mío.~ ~ Estas razones pusieron gana en todos los que escuchándole
20      I.    38|      peligros me he puesto que se pusieron los caballeros andantes
21      I.    42|         franceses que os dije los pusieron en la estrecheza que veis,
22      I.    43|        defuera. A este agujero se pusieron las dos semidoncellas, y
23      I.    52|    simplicidades de Sancho Panza, pusieron a don Quijote en el carro,
24     II.     1|           y sacado otra de la que pusieron; y habló don Quijote con
25     II.     1|          ser orden del Arzobispo; pusieron al licenciado sus vestidos,
26     II.     5|        sin fundamentos. Teresa me pusieron en el bautismo, nombre mondo
27     II.     7|         media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso, don
28     II.     8|          cuerpo de Julio César se pusieron sobre una pirámide de piedra
29     II.    11|          cargaron de piedras y se pusieron en ala esperando recebir
30     II.    18|        requesones, que tan blanco pusieron a su amo. Con los referidos
31     II.    22|        despediéndose de todos, se pusieron en camino, tomando la derrota
32     II.    26|        día, dejaron la venta y se pusieron en camino, donde los dejaremos
33     II.    27| estandarte del asno, y allí se le pusieron alrededor todos los más
34     II.    27|          fueron tantos los que se pusieron en medio, que no fue posible
35     II.    27|          sin tirarle. A Sancho le pusieron sobre su jumento, apenas
36     II.    29| entendiendo aquellas sandeces, se pusieron con sus varas a detener
37     II.    30|          sin hablarse palabra, se pusieron a caballo y se apartaron
38     II.    30|      Duque en un hermoso caballo, pusieron a la Duquesa en medio, y
39     II.    34|        muchos venablos, que se le pusieron delante; y volviendo la
40     II.    38|          Duquesa y don Quijote se pusieron en pie, y todos aquellos
41     II.    53|     venían proveídos dellos, y le pusieron encima de la camisa, sin
42     II.    54|      cuales, en llegando a él, se pusieron en ala, y levantando las
43     II.    54|           manteles de las yerbas, pusieron sobre ellas pan, sal, cuchillos,
44     II.    54|        defendían el ser chupados. Pusieron asimismo un manjar negro
45     II.    61|         otro la de Rocinante, les pusieron y encajaron sendos manojos
46     II.    63|        nuevo, a vela y a remo, se pusieron en caza; pero no les aprovechó
47     II.    68|           a don Quijote, y se las pusieron a las espaldas y pechos,
48     II.    74|       ignorancia, que sobre él me pusieron mi amarga y continua leyenda
49     II.    74|    necedad y el peligro en que me pusieron haberlas leído; ya, por
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