Parte. Capítulo

 1      I.     4| echaron de ver la locura de su dueño; mas quisieron ver despacio
 2      I.     7| enemistad secreta que tenía al dueño de aquellos libros y aposento,
 3      I.     9|     pocos corcovos, dio con su dueño en tierra.~ ~ Estábaselo
 4      I.    13|    dijo Vivaldo - que su mesmo dueño, pues no es justo ni acertado
 5      I.    15|        sin pedir licencia a su dueño, tomó un trotico algo picadillo
 6      I.    19|        en los pies, dio con su dueño por las ancas en el suelo.
 7      I.    21|     cabeza que tenía el pagano dueño deste almete, que no semeja
 8      I.    21| quisieres que sea; que como su dueño nos vea alongados de aquí
 9      I.    23|        de saber quién fuese el dueño de la maleta, conjeturando
10      I.    23|       Quijote que aquél era el dueño del cojín y de la maleta,
11      I.    23|      alguna, no es otro que el dueño de nuestro hallazgo.~ ~
12      I.    23|      hallamos y acaso fuese el dueño del dinero, claro está que
13      I.    23|        sospecha de quién es el dueño, cuasi delante, estamos
14      I.    23|      que aquel que huía era el dueño de la mula y del cojín.~ ~
15      I.    23|        han topado por ahí a su dueño?~ ~ -No hemos topado a nadie -
16      I.    23|        sabéis vos quién sea el dueño destas prendas?~ ~ -Lo que
17      I.    23|  preguntado; y entended que el dueño de las prendas que hallastes
18      I.    26|       que nos habéis de dar el dueño del rocín, o sobre eso,
19      I.    28|      se levantaron a buscar el dueño, y no hubieron andado veinte
20      I.    28|       mostraba el hábito de su dueño; y así, viendo que no habían
21      I.    32|        puede ser que vuelva su dueño por aquí algún tiempo, y
22      I.    33|       por cierto, dejando a su dueño en estimación de que todos
23      I.    33|        de flores y rosas, cuyo dueño no consiente que nadie le
24      I.    36|   señor mío, sois el verdadero dueño desta vuestra captiva; aunque
25      I.    44|   desde aquel instante la hice dueño de mi voluntad; y si la
26      I.    47|    impertinente, y que pues su dueño no había vuelto más por
27      I.    47| primero el carro, guiándole su dueño; a los dos lados iban los
28      I.    50|        porque en sentándose su dueño, se tendió ella junto a
29      I.    52|   Caballo Rocinante, y tras su dueño.~ ~ ~ ¡Oh vanas esperanzas
30     II.    Pr|        a quien quería mucho su dueño. Bajó el canto, dióle en
31     II.     8|       había de hacer cuando su dueño le enviase al Toboso. Finalmente,
32     II.    13| mercedes a la estrecheza de mi dueño, y a la opinión que tiene
33     II.    13|       más sabía a cordobán. El dueño dijo que la cuba estaba
34     II.    23|        tener muchas fuerzas su dueño) puesta sobre el lado del
35     II.    25|          A lo que respondió el dueño del jumento: «-Digo, compadre,
36     II.    25|            Ahora digo -dijo el dueño - que de vos a un asno,
37     II.    25|       Ahora digo -respondió el dueño - que me tendré y estimaré
38     II.    25|     Las nuestras -respondió el dueño - si no es en casos semejantes
39     II.    25|         Y en viéndole, dijo su dueño: «-Ya me maravillaba yo
40     II.    26|       contra la voluntad de su dueño y no lo restituye.~ ~ -Así
41     II.    38|    seas buen intercesor con tu dueño, para que luego favorezca
42     II.    41|    merced se me hace y de cuyo dueño tan gran bien espero como
43     II.    42|      seguro que cuando vuestro dueño llegue a ser emperador,
44     II.    47|        que no da de comer a su dueño no vale dos habas.~ ~ Alborotóse
45     II.    51|    juzgaban la ley que puso el dueño del río, de la puente y
46     II.    54|   pierde, y lo malo, ello y su dueño.~ ~ -No quiero porfiar,
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