Parte. Capítulo

 1      I.     2|        silbato de cañas cuatro o cinco veces, con lo cual acabó
 2      I.     8|     venía un coche, con cuatro o cinco de a caballo que le acompañaban
 3      I.    13|          del Oriente, cuando los cinco de los seis cabreros se
 4      I.    18|          Digo cuatro, si no eran cinco -respondió don Quijote - ;
 5      I.    21|          guardarme con todos mis cinco sentidos de ser ferido ni
 6      I.    22| respondió y dijo:~ ~ -Yo voy por cinco años a las señoras gurapas
 7      I.    23|       diesen tres en su casa, de cinco que había dejado en ella.~ ~
 8      I.    25|         Y entiende con todos tus cinco sentidos que todo cuanto
 9      I.    25|         mi escudero, tres de los cinco que dejé en casa y están
10      I.    26|        tres pollinos de cuatro o cinco que estaban en casa.~ ~
11      I.    32|          de un revés solo partió cinco gigantes por la cintura,
12      I.    32|        yo no supiese cuántas son cinco, y adónde me aprieta el
13      I.    39|         turcos pagados setenta y cinco mil, y de moros, y alárabes
14     II.     4|     sobraba una letra; y si de a cinco, a quien llaman décimas
15     II.     5|          guarda mis siete, o mis cinco sentidos, o los que tengo,
16     II.    18|          pero antes de todo, con cinco calderos, o seis, de agua,
17     II.    26|       sería mucho que pidiese yo cinco reales y un cuartillo.~ ~ -
18     II.    26|         la partida y señálensele cinco reales.~ ~ -Dénsele todos
19     II.    26|        reales.~ ~ -Dénsele todos cinco y cuartillo -dijo don Quijote - ;
20     II.    27|    defensa de su patria. A estas cinco causas, como capitales,
21     II.    29|    habemos apartado de la ribera cinco varas, ni hemos decantado
22     II.    32|        costumbre dormir cuatro o cinco horas las siestas del verano,
23     II.    36|      aquella noche se había dado cinco azotes. Preguntóle la Duquesa
24     II.    36|         trecientos azotes, menos cinco, que me he de dar, quedará
25     II.    40|         si se va por tierra, hay cinco mil leguas, dos más a menos;
26     II.    45|       síes, hasta que llegamos a cinco caperuzas; y ahora en este
27     II.    45|     vuesa merced que muestre las cinco caperuzas que me ha hecho.~ ~ -
28     II.    45|       herreruelo, mostró en ella cinco caperuzas puestas en las
29     II.    45|         caperuzas puestas en las cinco cabezas de los dedos de
30     II.    45|          y dijo:~ ~ -He aquí las cinco caperuzas que este buen
31     II.    46|   aquella aventura, que le costó cinco días de encerramiento y
32     II.    48|       acuerdo, diez y seis años, cinco meses y tres días, uno más
33     II.    54|  grandeza podía competir con las cinco.~ ~ Comenzaron a comer con
34     II.    60|      pues, a lo que creía, solos cinco azotes se había dado, número
35     II.    65|         tomó ninguno, sino solos cinco que le prestó don Antonio,
36     II.    66|      vecino, que no pesa más que cinco. Fue la condición que habían
37     II.    66|       que el desafiado, que pesa cinco arrobas, se pusiese seis
38     II.    66|        desta manera, quedando en cinco arrobas de peso, se igualará
39     II.    66|      igualará y ajustará con las cinco de su contrario, y así podrán
40     II.    68|          de a caballo y cuatro o cinco de a pie. Sobresaltóse el
41     II.    71|        de ellos me he dado hasta cinco: quedan los demás; entren
42     II.    71|    entren entre los tantos estos cinco, y vengamos a los tres mil
43     II.    71|         vienen a hacer setenta y cinco reales, que juntándose a
44     II.    71|     todos ochocientos y veinte y cinco reales. Éstos desfalcaré
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