Parte. Capítulo

 1      I.    11|           alabanzas~ ~ ~ ~que de tu belleza he dicho;~ ~ ~ ~que, aunque
 2      I.    12|            Creció la niña con tanta belleza, que nos hacía acordar de
 3      I.    13|             quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus
 4      I.    25|            como la deseo, así en la belleza como en la principalidad,
 5      I.    27|            por señora: exageraba su belleza, admirábame de su valor
 6      I.    27|            lo cual se aventajaba la belleza singular de sus hermosos
 7      I.    27| representarme ahora la incomparable belleza de aquella adorada enemiga
 8      I.    28|          Suspendióles la blancura y belleza de los pies, pareciéndoles
 9      I.    28|          después afirmó que sola la belleza de Luscinda podía contender
10      I.    28|          que han disfrazado vuestra belleza en hábito tan indigno, y
11      I.    29|            conocimiento, pues tanta belleza desechaba; pero el que más
12      I.    33|          limpieza de la virtud y la belleza que encierra en sí la buena
13      I.    34|             Camila es cifra de toda belleza, es archivo donde asiste
14      I.    51|            siempre fue creciendo en belleza, y en la edad de diez y
15      I.    51|          hermosísima. La fama de su belleza se comenzó a extender por
16      I.    51|           La riqueza del padre y la belleza de la hija movieron a muchos,
17     II.     1|         amigo. El gran cantor de su belleza, el famoso Ariosto, por
18     II.     8|    cualquier rayo que del sol de su belleza llegue a mis ojos alumbrará
19     II.    11|            vista ni a encubrirte su belleza: contra mí solo y contra
20     II.    12|           cosa tan perjudicial a la belleza de mi señora; y este tal
21     II.    14|           del Toboso se aventaja en belleza a vuestra Casildea de Vandalia;
22     II.    22|             amante, por tu inaudita belleza te ruego las escuches; que
23     II.    32|             la fama pregonaba de su belleza, tenía por entendido que
24     II.    32|             Quién ha quitado dél la belleza que le alegraba, el donaire
25     II.    35|            lugar para distinguir la belleza y los años, que, al parecer,
26     II.    35|             porque te enternezca mi belleza; que las lágrimas de una
27     II.    35|    mansedumbre de mi condición y la belleza de mi faz; y si por mí no
28     II.    38|      pensamientos al cielo de tanta belleza un caballero particular
29     II.    44|       vuelva a gozar el mundo de la belleza de tan gran señora.~ ~ A
30     II.    44|        dientes de topacios~ ~ ~ ~Mi belleza al cielo ensalza.~ ~ ~ ~
31     II.    46|                    Y do hay primera belleza,~ ~ ~ ~La segunda no hace
32     II.    48|          nadie, merced a la sin par belleza de mi señora Dulcinea del
33     II.    49|             alma del maestresala la belleza de la doncella, y llegó
34     II.    51|    pensamiento en el rostro, brío y belleza de la disfrazada doncella;
35     II.    58|      quedado atónito en ver vuestra belleza. Alabo el asumpto de vuestros
36     II.    58|           en duda vuestra sin igual belleza. No os canséis, señoras,
37     II.    60|           palabra prometida a tanta belleza.~ ~ -Nadie dude de esto -
38     II.    60|            le había parecido mal la belleza, desenvoltura y brío de
39     II.    63|           don Gaspar Gregorio, cuya belleza se deja atrás las mayores
40     II.    63|            todo en todo mostrase su belleza y con menos empacho pareciese
41     II.    64|         agrado, así enamorada de su belleza como de su discreción, porque
42     II.    64|            ha habido ni puede haber belleza que con la suya comparar
43     II.    69|          anascote,~ ~ ~ ~Cantaré su belleza y su desgracia,~ ~ ~ ~Con
44     II.    72|          amistades, y en sitio y en belleza, única. Y aunque los sucesos