Parte. Capítulo

 1      I.     3|       necesidad, él sabía que se podían velar dondequiera, y que
 2      I.    10|          se deja entender que no podían pasar sin comer y sin hacer
 3      I.    12|         quedaron admirados, y no podían adivinar la causa que les
 4      I.    18|         pasatiempo contigo, ¿qué podían ser sino fantasmas y gente
 5      I.    19|       faldamentos y lobas, no se podían mover; así que, muy a su
 6      I.    20|       tan pequeño, que solamente podían caber en él una persona
 7      I.    23|   hablando entre sí cosas que no podían ser entendidas de cerca,
 8      I.    24|      cuando pasaran adelante, no podían tener otro fin que el de
 9      I.    24|         las más acertadas que se podían imaginar, por ver cuán buena
10      I.    27|        la entrada, y que bien se podían vestir, si era que aquello
11      I.    27|     mercedes a sus escuderos más podían los emperadores que los
12      I.    36|        que pocas o ninguna se le podían igualar, cuanto más hacerle
13      I.    39|        todo aquello que debían y podían), sino porque la experiencia
14      I.    39|          la facilidad con que se podían levantar trincheas en aquella
15      I.    41|      aquellos que más libremente podían salir de la ciudad; y no
16      I.    41|          bastaba el ánimo, ni lo podían sufrir sus blandas entrañas,
17      I.    47|       mujer me pesa; pues cuando podían y debían esperar ver entrar
18      I.    48|          tiempos en que pueden o podían suceder las acciones que
19      I.    49|          pues esto era así, bien podían soltalle, y más siendo tan
20     II.    10|      nada por las objeciones que podían ponerle de mentiroso; y
21     II.    20|          de sartén, si es que se podían llamar sartenes las tan
22     II.    20|      rubios, que con los del sol podían tener competencia; sobre
23     II.    22|         motes y cifras, de donde podían sacar y tomar las que quisiesen
24     II.    22|          don Quijote, pues no le podían dar más cuerda. Con todo
25     II.    26|    merced y mí de lo que valen o podían valer las ya deshechas figuras.~ ~
26     II.    34|       manera que unos a otros no podían oírse, así por el ladrido
27     II.    41| maravilla y espanto, que casi se podían dar a entender haberles
28     II.    44|        mismo don Quijote, que no podían dejar de escribirse. También
29     II.    49|          escribanos, tantos, que podían formar un mediano escuadrón.
30     II.    49|         del lugar dijeron que no podían pensar quién fuese, y los
31     II.    54|        eran tan pocos, que no se podían oponer a los que no lo eran,
32     II.    55|       estaba allí hecha; pero no podían pensar cómo había dejado
33     II.    58|          espaldas, que en rubios podían competir con los rayos del
34     II.    58|          haciéndoles dudar si le podían tener por loco, o por cuerdo.
35     II.    60|      Roma, y que entre entrambos podían llevar hasta sesenta reales.
36     II.    60|         escudero Sancho Panza no podían dejar de dar gusto general
37     II.    63|      bergantín conocieron que no podían escaparse, y así, el arráez
38     II.    63|  capitana llegaba tan cerca, que podían los del bajel oír las voces
39     II.    65|         Quijote se perdía el que podían tener todos aquellos que
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