Parte. Capítulo

 1      I.     8|        Detrás dellos venía un coche, con cuatro o cinco de a
 2      I.     8|      mulas a pie. Venía en el coche, como después se supo, una
 3      I.     8|      alguna princesa en aquel coche, y es menester deshacer
 4      I.     8|   frailes de San Benito, y el coche debe de ser de alguna gente
 5      I.     8|    altas princesas que en ese coche lleváis forzadas; si no,
 6      I.     8|       y no sabemos si en este coche vienen, o no, ningunas forzadas
 7      I.     8|    hablando con las que en el coche venían, arremetieron con
 8      I.     8|    hablando con la señora del coche, diciéndole:~ ~ -La vuestra
 9      I.     8|     un escudero de los que el coche acompañaban, que era vizcaíno,
10      I.     8|      no quería dejar pasar el coche adelante, sino que decía
11      I.     8|      crióme, que, si no dejas coche, así te matas como estás
12      I.     8|    bien que se halló junto al coche, de donde pudo tomar una
13      I.     8|      estorbase. La señora del coche, admirada y temerosa de
14      I.     8|   amenazaban; y la señora del coche y las demás criadas suyas
15      I.     9|   Quijote, si las señoras del coche, que hasta entonces con
16      I.    10|     ni hablar más con las del coche, se entró por un bosque
17      I.    42|    della, llegó a la venta un coche, con algunos hombres de
18      I.    42|    tiempo ya había salido del coche un hombre, que en el traje
19      I.    44|  habiendo visto uno dellos el coche donde había venido el Oidor,
20      I.    44|       duda, porque éste es el coche que él dicen que sigue:
21     II.     8|      debe de andar mi honra a coche acá, cinchado, y, como dicen,
22     II.    36|      determinado que andes en coche, que es lo que hace al caso;
23     II.    50|       a esa Corte, y echar un coche, como todas; que la que
24     II.    50|      mi señora madre en aquel coche: «-¡Mirad la tal por cual,
25     II.    50|       sentada y tendida en el coche, como si fuera una papesa!»
26     II.    50|      lodos, y ándeme yo en mi coche, levantados los pies del
27     II.    50|     una pollina como sobre un coche. ¡Hallado la habéis la melindrosa!~ ~ -
28     II.    52|     la Corte a tenderme en un coche, para quebrar los ojos a
29     II.    52|       son estas señoras deste coche?» Y un criado mío responderá: «-
30     II.    52|   honrarte en ella andando en coche.~ ~ ~ «El Cura, el Barbero,
31     II.    60|    dos peregrinos a pie, y un coche de mujeres con hasta seis
32     II.    60|       también quién iba en el coche, y adónde, y el dinero que
33     II.    60|  dueña, son las que van en el coche; acompañámosla seis criados,
34     II.    60| Quiñones se quiso arrojar del coche para besar los pies y las
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