Parte. Capítulo

 1      I.    Pr|    Aristóteles, ni dijo nada San Basilio, ni alcanzó Cicerón;
 2      I.     4|       me desollará como a un San Bartolomé.~ ~ -No hará tal -
 3      I.     8|   dos frailes de la orden de San Benito, caballeros sobre
 4      I.     8|      aquéllos son frailes de San Benito, y el coche debe
 5      I.     8|       sino dos religiosos de San Benito que vamos nuestro
 6      I.    31|   azotes, que quedé hecho un San Bartolomé desollado; y a
 7      I.    33|     parte de Las lágrimas de San Pedro, que dice así:~ ~ ~
 8      I.    35| Anselmo el rico, que vivía a San Juan, se llevó esta noche
 9      I.    39|      caballero del hábito de San Juan, de condición generoso,
10      I.    43|     años; que para el día de San Miguel que vendrá dice mi
11      I.    45|      a quien Dios se la dio, San Pedro se la bendiga.~ ~
12      I.    49|     a los hijos del Conde de San Polo. Niéguenme asimesmo
13      I.    49|     ahora dicen caballero de San Juan, o de Alcántara, decían
14     II.     3| Mancha; que por el hábito de San Pedro que visto, aunque
15     II.     4|      justas por la fiesta de San Jorge, en las cuales podría
16     II.     8|   llaman en Roma la Aguja de San Pedro; al Emperador Adriano
17     II.    23|     santísima, que llaman de San Juan. Guadiana vuestro escudero,
18     II.    41|    señoras, que bien se está San Pedro en Roma; quiero decir,
19     II.    53|      ni reinos. Bien se está San Pedro en Roma: quiero decir
20     II.    56|     nuestro Señor se la dio, San Pedro se la bendiga.~ ~
21     II.    58| imagen, que mostró ser la de San Jorge puesto a caballo,
22     II.    58|  milicia divina; llamóse don San Jorge, y fue además defendedor
23     II.    58|  hombre, y pareció ser la de San Martín puesto a caballo,
24     II.    58|    Cristo: éste se llama don San Diego Matamoros; uno de
25     II.    58|     que encubría la caída de San Pablo del caballo abajo,
26     II.    58|     orden del bienaventurado San Francisco, y como si hubiera
27     II.    58|     batalla, invocando aquel San Diego Matamoros: «¡Santiago,
28     II.    59|     las tañe, y bien se está San Pedro en Roma.~ ~ Los dos
29     II.    60|   cuatro días, que era el de San Juan Bautista, se le pondría
30     II.    61|     a su playa la víspera de San Juan en la noche, y abrazando
31     II.    62|    por impertinente; pero su San Martín se le llegará como
32     II.    64|      quien Dios se la diere, San Pedro se la bendiga.~ ~
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