Parte. Capítulo

 1      I.     3|       casi no se parecían, a las ancas del caballo, como que era
 2      I.    13| encuentro es que uno cae por las ancas del caballo, pasado con
 3      I.    19|         dio con su dueño por las ancas en el suelo. Un mozo que
 4      I.    25|       dándole una palmada en las ancas, le dijo:~ ~ -Libertad te
 5      I.    29|           bastaráme subir en las ancas de una destas mulas destos
 6      I.    29|          podrá acomodarse en las ancas, si es que ella las sufre.~ ~ -
 7      I.    29|        el mal que al subir a las ancas el Barbero, la mula, que,
 8      I.    41|         otros nos subieron a las ancas, y Zoraida fue en las del
 9      I.    49|      dándole dos palmadas en las ancas, dijo:~ ~ -Aún espero en
10     II.    10|    puestas ambas manos sobre las ancas de la pollina, dio con su
11     II.    11|         el aire y caer sobre las ancas de su rucio eran para él
12     II.    13|        repuesto traigo yo en las ancas de mi caballo que lleva
13     II.    14|      hizo venir al suelo por las ancas del caballo, dando tal caída,
14     II.    24|       más, sino que subáis a las ancas deste mi caballo hasta la
15     II.    24|         aceptó el convite de las ancas, aunque sí el de cenar con
16     II.    26|      balcón, para ponerse en las ancas del caballo de su buen esposo.
17     II.    26|        brinco, la pone sobre las ancas de su caballo, a horcajadas
18     II.    40|       Magalona, llevándola a las ancas por el aire, dejando embobados
19     II.    40|        la silla y la otra en las ancas; y por la mayor parte, estas
20     II.    40|         ni en la silla ni en las ancas, es pedir peras al olmo. ¡
21     II.    40|     ahora que me tuviese en unas ancas de tabla, sin cojín ni almohada
22     II.    41|        diciendo:~ ~ -Y ocupe las ancas el escudero, si es que lo
23     II.    41|      hacer sin que yo suba a las ancas, bien puede buscar mi señor
24     II.    41|          si yo tengo de ir a las ancas, claro está que primero
25     II.    41|         lo mejor que pudo en las ancas, las halló algo duras y
26     II.    41|        de algún paje; porque las ancas de aquel caballo más parecían
27     II.    41|     Magalona, se contentó destas ancas, que no debía de ser muy
28     II.    48|        llevaba a mi señora a las ancas de una poderosa mula, negra
29     II.    48|         y las señoras iban a las ancas de sus escuderos. Esto,
30     II.    48|         Mi señora, que iba a las ancas, con voz baja le decía: «-¿
31     II.    50|       vuesa merced, señor, a las ancas de su rocín; que yo iré
32     II.    58|          Panza se escudó con las ancas de Rocinante. Llegó el tropel
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