Parte. Capítulo

 1      I.     7|         gobernador della. Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza,
 2      I.    18|             númidas, dudosos en sus promesas; los persas, en arcos y
 3      I.    27|   esperanzas, falsas las palabras y promesas de Luscinda, imposibilitado
 4      I.    28| ofrecimientos, con menos letras que promesas y juramentos. Todo lo cual
 5      I.    33|        fuerte que no se dobla a las promesas, a las dádivas, a las lágrimas
 6      I.    33|          tan entera a las dádivas y promesas como a las palabras, y que
 7      I.    34|           bajas como son dádivas ni promesas. Conténtate, Anselmo, y
 8      I.    34|             en las razones y en las promesas y dádivas de Lotario toda
 9      I.    34|      conozco que son verdaderas las promesas que me ha dado de que cuando
10      I.    34|    manifiestas dádivas y las largas promesas y las continuas lágrimas
11      I.    34|        aspereza? ¿Cuándo tus muchas promesas y mayores dádivas fueron
12      I.    35|        durmiendo: tal le tenían las promesas que su amo le había hecho.
13      I.    36|         vuestras amenazas, vuestras promesas ni vuestras dádivas. Notad
14      I.    39|             tenía barruntos, y casi promesas ciertas, de que en la primera
15      I.    46|             saldrán defraudadas las promesas que te ha fecho tu buen
16      I.    46|             alegres e incomparables promesas como son las que aquí se
17      I.    47|         punto os empreñastes de sus promesas, y en mal hora se os entró
18      I.    51|           de su doble trato, de sus promesas muertas, de su fe rompida,
19     II.    28|            Oh pan mal conocido! ¡Oh promesas mal colocadas! ¡Oh hombre
20     II.    28|      esperar el cumplimiento de mis promesas, que, aunque se tarda, no
21     II.    33|            y va atenido a las vanas promesas suyas, sin duda alguna debe
22     II.    40|   encantador, eres certísimo en tus promesas!, envíanos ya al sin par
23     II.    41|             Valeroso caballero, las promesas de Malambruno han sido ciertas:
24     II.    42|             la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como
25     II.    52|             sido tan fácil en creer promesas de enamorados, las cuales,
26     II.    64|            esperanzas de sus nuevas promesas deshechas, como se deshace
27     II.    65|      expulsión, no valen ruegos, no promesas, no dádivas, no lástimas;
28     II.    72|       infalible no poder mentir las promesas de Merlín. Con estos pensamientos
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