Parte. Capítulo

 1      I.     5|         y a decir con debilitado aliento lo mesmo que dicen decía
 2      I.     8|          tendido en el suelo sin aliento ni sentido; y, sin detenerse
 3      I.    10|        más brío en acometer, más aliento en el perseverar, más destreza
 4      I.    15|    respondió:~ ~ -Quisiera tener aliento para poder hablar un poco
 5      I.    16|        mesmo sol escurecía. Y el aliento, que, sin duda alguna, olía
 6      I.    16|     hidalgo, que el tacto, ni el aliento, ni otras cosas que traía
 7      I.    20|     hombros, recogiendo en sí el aliento todo cuanto podía; pero,
 8      I.    21|          los hombros, detener el aliento, cerrar los ojos y dejarse
 9      I.    27|    sustentaba, negándome el aire aliento para mis suspiros, y el
10      I.    33|       escurecerse con cualquiera aliento que le toque. Hase de usar
11      I.    34|      presteza, despavorido y sin aliento, a sacar la daga, y en ver
12      I.    35|         caballo, y con desmayado aliento se puso en camino; y, apenas
13      I.    35|          que quería, le faltó el aliento y dejó la vida en las manos
14      I.    38|        campaña rasa, con sólo el aliento de su boca, que, como sale
15     II.    21|     Llegó, en fin, cansado y sin aliento, y puesto delante de los
16     II.    21|  adobaría la voluntad y le daría aliento para confesarse.~ ~ En oyendo
17     II.    21|          ya los ojos vueltos, el aliento corto y apresurado, murmurando
18     II.    27|         otro.~ ~ Tomó un poco de aliento don Quijote, y viendo que
19     II.    27|          a cada punto recogía el aliento, por ver si le faltaba.
20     II.    42|   diligencia alguna, con solo el aliento, que te ha tocado de la
21     II.    45|         Hermana mía, si el mismo aliento y valor que habéis mostrado
22     II.    48|        sana: que tiene un cierto aliento cansado, que no hay sufrir
23     II.    55|          el cuerpo, y recogió el aliento, por ver si estaba sano,
24     II.    56|       faltando los espíritus del aliento, y no podía verse encerrado
25     II.    59|         cuyo refrigerio cobraron aliento los espíritus desalentados.
26     II.    63|       como si no tuvieran voz ni aliento. Hizo señal el cómitre que
27     II.    67| matizadas los extendidos prados, aliento el aire claro y puro, luz
28     II.    71|          mitad della te falte el aliento; quiero decir que no te
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