Parte. Capítulo

 1      I.    13|  escritos al olvido; que si él ordenó como agraviado, no es bien
 2      I.    15|  hicieran tomar mal siniestro. Ordenó, pues, la suerte, y el diablo, (
 3      I.    23|     guisa y compone a su modo, ordenó que Ginés de Pasamonte,
 4      I.    27|        me debe tener guardado, ordenó que en aquel punto me sobrase
 5      I.    33|   cosas guiaba de otra manera, ordenó que, habiendo dejado Anselmo
 6      I.    35|       acabando la vida; y así, ordenó de dejar noticia de la causa
 7      I.    39|       armada. Pero el cielo lo ordenó de otra manera, no por culpa
 8      I.    42|      comodidad de la venta, se ordenó lo que antes estaba ordenado:
 9      I.    44|        demonio, que no duerme, ordenó que en aquel mesmo punto
10     II.     7|    entonces era su oráculo, se ordenó que de allí a tres días
11     II.     8| enviase al Toboso. Finalmente, ordenó don Quijote entrar en la
12     II.    19| receloso y lleno de sospechas, ordenó de casar a su hija con el
13     II.    24|  deseos de saber cosas nuevas, ordenó que al momento se partiesen
14     II.    24|    suerte de Sancho parece que ordenó que el ermitaño no estuviese
15     II.    25|   grandes quimeras de no nada, ordenó e hizo que las gentes de
16     II.    30|       su casa; pero la fortuna ordenó las cosas muy al revés de
17     II.    36|    intervención de sus señores ordenó otra, del más gracioso y
18     II.    51|        imaginaba ser ínsula, y ordenó que no hubiese regatones
19     II.    51|         ni de noche ni de día; ordenó que ningún ciego cantase
20     II.    51|    borracha. En resolución, él ordenó cosas tan buenas, que hasta
21     II.    52|     las enlutadas se fueron, y ordenó la Duquesa que de allí adelante
22     II.    56|        sin matarle ni herirle, ordenó que se quitasen los hierros
23     II.    58| encaminando de mejor en mejor, ordenó que de allí a poco se descubriese
24     II.    60|      Finalmente, Roque Guinart ordenó a los criados de don Vicente
25     II.    62|    emprenta. Y aquel mesmo día ordenó don Antonio de llevarle
26     II.    63|      de otra manera lo guiaba, ordenó que ya que la capitana llegaba
27     II.    65|      curado; pero la suerte lo ordenó de otra manera, porque él
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