Parte. Capítulo

 1      I.     1|      complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran
 2      I.    23|    partes se le descubrían las carnes. Traía la cabeza descubierta;
 3      I.    25|  priesa los calzones, quedó en carnes y en pañales, y luego, sin
 4      I.    47|     tan solícito es rollizo de carnes, y tiene otra propiedad
 5      I.    52|    estos hermanos abriendo las carnes, y no podemos, ni es razón
 6      I.    52|   Dulcinea;~ ~ ~ ~Y, aunque de carnes rolliza,~ ~ ~ ~La volvió
 7     II.    10|      mezquina que tengo en las carnes. Y tú, ¡oh extremo del valor
 8     II.    32|       ser de tan impenetrables carnes, que no pueda ser herido,
 9     II.    32|      me ha mostrado que soy de carnes blandas y no nada impenetrables,
10     II.    35|      libertad la lisura de mis carnes, la mansedumbre de mi condición
11     II.    35|        pedirme que me abra las carnes a azotes, y llámame alma
12     II.    35|    sufra. ¿Por ventura son mis carnes de bronce, o vame a mí algo
13     II.    36|        aunque soy rústico, mis carnes tienen más de algodón que
14     II.    36|     con la ternura de vuestras carnes, como si fueran sus hermanas
15     II.    37|       delicadas o no delicadas carnes, como quien cubre o tapa
16     II.    41|     debía de ser muy tierna de carnes.~ ~ Todas estas pláticas
17     II.    45|       en mitad en mitad de las carnes!~ ~ -Ella tiene razón -dijo
18     II.    48|        mi alma me tengo en las carnes, y todos mis dientes y muelas
19     II.    48|        tierra que tenga buenas carnes? Por ventura hay dueña en
20     II.    53|      tan cosidas tengo con mis carnes? Lo que han de hacer es
21     II.    59| Rocinante, echando al aire tus carnes, te dieses trecientos o
22     II.    60|      aunque villano, blando de carnes.~ ~ Y así, procuraba y pugnaba
23     II.    66|      saque seis arrobas de sus carnes, de aquí o de allí de su
24     II.    66|       el gordo una onza de sus carnes, cuanto más seis arrobas.~ ~ -
25     II.    67|    azotarte y en castigar esas carnes (que vea yo comidas de lobos),
26     II.    68|     del sayo, no que al de mis carnes.~ ~ -¡Oh alma endurecida! ¡
27     II.    71|  abierto; que yo me abriré mis carnes.~ ~ Llegó la noche, esperada
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