Cap.,  N.

 1   Intro,    1     |       clama: ¡Abbá, Padre! » (Gál 4, 4-6).~Con estas palabras
 2   Intro,    1     |            Abbá, Padre! » (Gál 4, 4-6).~Con estas palabras del
 3   Intro,    1(2)  |  dimensión escatológica. Según Ga 4, 4 y su contexto, es el
 4   Intro,    1(2)  |         escatológica. Según Ga 4, 4 y su contexto, es el acontecimiento
 5   Intro,    4     |                                   4. Nos prepara a esto el Concilio
 6   Intro,    5(13) |         sec. Luc., II, 7:CSEL, 32/4, 45; De Institutione Virginis,
 7       1,    7     |     riqueza de su gracia » (Ef 1, 4-7). ~El plan divino de la
 8       1,    8     |        Dios que es amor (cf. 1 Jn 4, 8). Fruto de este amor
 9       1,    8     |        vida en Cristo (cf. 2 P 1, 4): es la salvación en la
10       1,    8(21) |        sec. Lucam, II, 9: CSEL 34/4, 45 s.; S. Agustín, Sermo
11       1,    8(21) |            S. Agustín, Sermo 291, 4-6: PL 38, 1318 s.; Enchiridion,
12       1,   10(25) |       Canon in B. Mariae Natalem, 4: PG 97, 1321 s.; In Nativitatem
13       1,   11     |          hijos adoptivos » (Ef 1, 4.5). Esta elección es más
14       1,   13(35) |            PL 40, 398; Sermo 215, 4: PL 38, 1074; Sermo 196,
15       1,   14     |         padre en la fe » (cf. Rom 4, 12). En la economía salvífica
16       1,   14     |        muchas naciones » (cf. Rom 4, 18), así María, en el instante
17       1,   17(36) |           Carmelo, L. II, cap. 3, 4-6. ~
18       1,   19(41) |       Adversus Haereses, III, 22, 4: S. Ch. 211, 438-444; cf.
19       1,   21     |        llegado mi hora » (Jn 2, 3-4). En el Evangelio de Juan
20       1,   21     |          los ciegos ... » (cf. Lc 4, 18).~Otro elemento esencial
21       1,   23(47) |        Luc., X, 129-131: CSEL, 32/4, 504 s. ~
22       1,   24     |           ella en Caná (cf. Jn 2, 4). ¿Cómo dudar que especialmente
23       2,   25     |          cf. 2 Esd 13, 1; Núm 20, 4; Dt 23, 1 ss.), así el nuevo
24       2,   26     |     concedía expresarse » (Hch 2, 4). Desde aquel momento inicia
25       2,   26     |           Hch 2, 31-34; 3, 15-18; 4, 10-12; 5, 30-32).~María
26       2,   26     |           esperanza, creyó » (Rom 4, 18). Y he aquí que, después
27       2,   37(91) |        Adversus Haereses III, 22, 4: S. Ch. 211, 439-449; Tertuliano,
28       2,   37(91) | Tertuliano, De carne Christi, 17, 4-6: CCL 2, 904 s.~
29       2,   37     |          la Buena Nueva » (cf. Lc 4, 18), a través de las generaciones,
30       2,   37     |          los pobres » (cf. Is 11, 4; 61, 1). La Iglesia, acudiendo
31       3,   41(115)|           2, 12, 14; II, 11; III, 4: S. Ch. 80, 59 s.; 77 s.;
32       3,   42(120)|            S. Agustín, Sermo 215, 4: PL 38, 1074; De Sancta
33       3,   43     |       formado en vosotros! » (Gál 4, 19). En estas palabras
34       3,   46     |         la Verdad y la Vida » (Jn 4, 6); es él a quien el Padre
35 Conclus,   51     |     naturaleza divina (cf. 2 P 1, 4), se puede afirmar que ha