Cap.,  N.

 1   Intro,    6(16) |   vasta niebla y la sombra de muerte y densas nieblas?: S. Bernardo,
 2       1,   16     |     cf. Mt 2, 13). Y hasta la muerte de Herodes tendrán que permanecer
 3       1,   17     |             17. Después de la muerte de Herodes, cuando la sagrada
 4       1,   18     |   mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz » (cf.
 5       1,   18     | obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz » (cf. Flp 2, 5-
 6       1,   18     |      la Madre participa en la muerte del Hijo, en su muerte redentora;
 7       1,   18     |     la muerte del Hijo, en su muerte redentora; pero a diferencia
 8       1,   18(40) |    compasión » de María en la muerte de Cristo, cf. S. Bernardo,
 9       1,   19     |      y afirman a menudo: a la muerte vino por Eva, por María
10       1,   24     | Jesucristo, en efecto, con su muerte redentora vence el mal del
11       1,   24     |     el mal del pecado y de la muerte en sus mismas raíces. Es
12       2,   25     |       anunciando la cruz y la muerte del Señor, hasta que El
13       2,   26     |      como el triunfador de la muerte, como el señor del reino
14       3,   40     |     los elegidos ».103 Con la muerte redentora de su Hijo, la
15       3,   41     |   vencedor del pecado y de la muerte ».108 Con esta enseñanza
16       3,   41     |      en ser destruido será la Muerte » (1 Co 15, 26).110~A esta
17       3,   41     |      hecho obediente hasta la muerte y habiendo sido por ello
18       3,   48(143)|      segundo contenario de su muerte se conmemora este año: cf.
19 Conclus,   52     |        levantarse », entre la muerte y la vida. Es también un