Cap.,  N.

 1   Intro,    4|        se hizo verdaderamente uno de los nuestros... »,10
 2       1,    9|    misterio de la Encarnación uno de sus vértices. En efecto,
 3       1,   23|      abarca al hombre —a cada uno y a todos—, es entregada
 4       1,   23|   entregada al hombre —a cada uno y a todos— como madre. Este
 5       2,   25|  salutífera para todos y cada uno ».54~El Concilio Vaticano
 6       2,   29| pasión: « para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y
 7       2,   29|        que ellos también sean uno en nosotros para que el
 8       2,   30|   salvación. Profundizando en uno y otro, iluminando el uno
 9       2,   30|     uno y otro, iluminando el uno por medio del otro, los
10       2,   31|     de la Encarnación, y cada uno de los mismos es para él
11       3,   38|      enseña con San Pablo que uno solo es nuestro mediador: «
12       3,   45|    relación personal con cada uno de ellos caracteriza la
13       3,   45|       del don, propia de cada uno por la virtud del Espíritu
14       3,   47|    Espíritu, a todos y a cada uno en la Iglesia, acoge también
15       3,   47|      también a todos y a cada uno por medio de la Iglesia.
16 Conclus,   52|     acompaña a todos y a cada uno. Es el cambio entre el «