Cap.,  N.

1       1,   20|           conservando íntegra su virginidad, en la misma fe ha descubierto
2       2,   32| serafines. Tú, que sin perder tu virginidad, has dado al mundo el Verbo
3       3,   39|      donación total a Dios en la virginidad. María aceptó la elección
4       3,   39|  entregada a Dios », viviendo la virginidad. Las palabras « he aquí
5       3,   39|     acuerdo con su vocación a la virginidad.~La maternidad de María,
6       3,   39|       misma el amor propio de la virginidad y el amor característico
7       3,   43|         cielos », es decir de la virginidad consagrada a Dios (cf. Mt
8       3,   43|        11, 2). Precisamente esta virginidad, siguiendo el ejemplo de