Joseph y María van a Jerusalém a presentar a Jesús en el templo.-
Palabras del viejo Simeón y de la profetisa Ana.- Venida a Egipto y vuelta a
Nazareth.- Conducido a Jerusalém por las fiestas de Pascuas, sorprende a los
doctores con la sabiduría de sus palabras.
1 Después que ellos1 se fueron, y después que fueron
cumplidos los días de la purificación de María, según la ley de Moisés, lo
llevaron a Jerusalém, para presentarlo al Señor,[COMENTARIO]
2 Como está escrito en la ley del Señor: Que todo macho que
abriere matriz, será consagrado al Señor2.
3 Y para dar la ofrenda, conforme está mandado en la ley del
Señor, un par de tórtolas, o dos palominos.
4 Y había a la sazón en Jerusalém un hombre llamado Simeón, y
este hombre justo y temeroso de Dios, esperaba la consolación de Israel3,
y el Espíritu Santo era en él.
5 Y había recibido respuesta del Espíritu Santo, que él no vería
la muerte, sin ver antes al Cristo del Señor.
6 Y vino por espíritu al templo. Y trayendo los padres al niño
Jesús, para hacer según la costumbre de la ley por él:
7 Entonces él lo tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, y dijo:[COMENTARIO]
8 Ahora, Señor, despides a tu siervo, según tu palabra, en paz:
9 Porque han visto mis ojos tu salud4,
10 La cual has aparejado ante la faz de todos los pueblos.
11 Lumbre para ser revelada a los gentiles, y para gloria de tu
pueblo Israel.
12 Y su padre y madre estaban maravillados de aquellas cosas que
de él se decían.
13 Y los bendijo Simeón, y dijo a María su madre: He aquí que
este es puesto para caída, y para levantamiento de muchos en Israel5: y
para señal a la que se hará contradicción6: 14 Y una espada traspasará tu alma de ti misma, para que sean
descubiertos los pensamientos de muchos corazones7. 15 Y había una profetisa llamada Ana, hija de Phanuel de la tribu
de Aser: esta era ya de muchos días, y había vivido siete años con su marido
desde su virginidad8.
16 Y esta era viuda, como de ochenta y cuatro años: que no se
apartaba del templo, sirviendo día y noche en ayunos y oraciones.
17 Y como llegase ella a la misma hora, alababa al Señor: y
hablaba de él a todos los que esperaban la redención de Israel.
18 Y cuando lo hubieron todo cumplido conforme a la ley del Señor,
he aquí un Angel del Señor apareció en sueños a Joseph, y le dijo: Levántate, y
toma al niño, y a su madre, y huye a Egipto, y estáte allí hasta que yo te lo
diga. Porque ha de acontecer, que Herodes busque al niño para matarle.
19 Levantándose Joseph, tomó al niño, y a su madre de noche, y se
retiró a Egipto:
20 Y permaneció allí hasta la muerte de Herodes: para que se
cumpliese lo que había hablado el Señor por el profeta, que dice: De Egipto
llamé a mi hijo.
21 Entonces Herodes, cuando vio, que había sido burlado por los
Magos, se irritó mucho, y enviando hizo matar todos los niños, que había en
Bethlehem y en toda su comarca de dos años y abajo, conforme al tiempo, que
había averiguado de los Magos1. 22 Entonces fue cumplido lo que se había dicho por Jeremías el
profeta, que dice:
23 Voz fue oída en Ramá2, lloro, y mucho lamento: Rachél
llorando sus hijos, y no quiso ser consolada, porque no son.[COMENTARIO]
24 Y habiendo muerto Herodes, he aquí el Angel del Señor apareció
en sueños a Joseph en Egipto.
25 Diciendo: Levántate, y toma al niño, y a su madre, y vete a
tierra de Israel: porque muertos son, los que querían matar al niño.
26 Levantándose Joseph, tomó al niño, y a su madre, y se vino
para tierra de Israel.
27 Mas oyendo que Archelao reinaba en la Judea en lugar de
Herodes, su padre, temió de ir allá: y avisado en sueños, se retiró a las
tierras de Galilea.
28 Y vino a morar a su ciudad, que se llama Nazareth: para que se
cumpliese lo que habían dicho los profetas: que será llamado Nazareno3.
29 Y el niño crecía, y se fortificaba, estando lleno de
sabiduría: y la gracia de Dios era en él.
30 Y sus padres iban todos los años a Jerusalém, en el día
solemne de la Pascua.
31 Y cuando tuvo doce años, subieron ellos a Jerusalém, según la
costumbre del día de la fiesta,
32 Y acabados los días, cuando se volvían, se quedó el niño Jesús
en Jerusalém, sin que sus padres lo advirtiesen4.
33 Y creyendo, que él estaba con los de la comitiva, anduvieron
camino de un día, y le buscaban entre los parientes, y entre los conocidos.
34 Y como no le hallasen, se volvieron a Jerusalém, buscándole.
35 Y aconteció, que tres días después le hallaron en el templo,
sentado en medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles.[COMENTARIO]
36 Y se pasmaban todos los que le oían, de su inteligencia, y de
sus respuestas.
37 Y cuando le vieron5 se maravillaron. Y le dijo su
madre: Hijo, ¿por qué los has hecho así con nosotros? mira, como tu padre, y yo
angustiados te buscábamos.
38 Y les respondió: ¿Para qué me buscábais? ¿No sabíais, que en
las cosas que son de mi Padre me conviene estar?
39 Mas ellos no entendieron la palabra, que les habló.
40 Y descendió con ellos, y vino a Nazareth: y estaba sujeto a
ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.[COMENTARIO]
41 Y Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia delante de
Dios, y de los hombres.
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