Capítulo, Parrafo,  Número

 1   I,  0,28 |     Pablo de Tarso. Los primeros misioneros que llegaron al corazón
 2  II,  1,32 |      hombres de fe, los primeros misioneros, que en 1491, llegaron hasta
 3  II,  1,32 |          Nzinga- a-Nkuwu a pedir misioneros para anunciar el Evangelio.
 4  II,  1,32 |          Después de los primeros misioneros, vinieron muchos más de
 5  II,  1,34 |         1, 49).~ ~Homenaje a los misioneros~
 6  II,  1,35 |  desinteresada dedicación de los misioneros. Esto es reconocido por
 7  II,  1,35 |       los africanos, sois ya los misioneros de vosotros mismos. La Iglesia
 8  II,  1,36 |        un sentido homenaje a los misioneros, hombres y mujeres de todos
 9  II,  1,36 |          vigor el homenaje a los misioneros, pero no olvidaron rendir
10  II,  1,38 |          mención. Los Institutos misioneros surgidos en África han crecido
11  II,  1,38 |          han comenzado a ofrecer misioneros no sólo a los países del
12 III,  0,56 |   valientes Obispos y sacerdotes misioneros, ayudada eficazmente por
13 III,  0,56 |      mundo: « Áfricanos, sois ya misioneros de vosotros mismos », decía
14  IV,  1,75 |        local con la ayuda de los misioneros y de sus Institutos, así
15 VII,  0,129| Africanos, estáis llamados a ser misioneros de vosotros mismos"— debe
16 VII,  0,129|       debe entenderse así: "sois misioneros para el mundo entero" (...).
17 VII,  0,130|           enviando también ellas misioneros que anuncien el Evangelio
18 VII,  0,131|      ellos mismos necesitados de misioneros.~
19 VII,  0,134|         saber que los Institutos misioneros, presentes en África desde
20 VII,  0,134|          a los nuevos Institutos misioneros que han surgido en el continente
21 VII,  0,136|        la misión ad gentes exige misioneros santos. No basta renovar
22 VII,  0,136|    anhelo de santidad" entre los misioneros y en toda la comunidad cristiana ».