Capítulo,  Párrafo

 1 Intro,2|                El llamamiento del Señor Jesús «Id también vosotros a mi
 2 Intro,3|             llamados a vivir su misión. Jesús les quiere, como a todos
 3  1,8   |            sarmientos» (Jn 15, 5), dice Jesús.~Ya en el Antiguo Testamento
 4  1,8   |           exquisita (...)» (Is 5, 1-2).~Jesús retoma el símbolo de la
 5  1,8   |                 Pueblo de Dios, sino de Jesús mismo. Él es la vid y nosotros,
 6  1,8   |               misión): «Aquel día —dice Jesús— comprenderéis que Yo estoy
 7  1,9   |                fieles laicos. En Cristo Jesús, muerto y resucitado, el
 8  1,11  |              Recordamos las palabras de Jesús a Nicodemo: «En verdad,
 9  1,11  |               su Unigénito Hijo, Cristo Jesús. Al salir de las aguas de
10  1,12  |               crucificado y glorioso de Jesús. Mediante este sacramento,
11  1,12  |               Mediante este sacramento, Jesús une al bautizado con su
12  1,12  |                las enseñanzas del mismo Jesús, que nos ha revelado la
13  1,12  |            misma unidad de la que habla Jesús con la imagen de la vid
14  1,12  |         intimidad de los discípulos con Jesús, sino también la comunión
15  1,13  |                 repetir las palabras de Jesús: «El Espíritu del Señor
16  1,13  |         participa en la misma misión de Jesús el Cristo, el Mesías Salvador.~
17  1,14  |           oficio sacerdotal, por el que Jesús se ha ofrecido a sí mismo
18  1,14  |                 en la caridad, al mismo Jesús presente en todos sus hermanos,
19  1,14  |            Cuerpo del Señor. En efecto, Jesús enriquece con sus dones
20  1,15  |                 todos los discípulos de Jesús, tienen también una aplicación
21  1,16  |               la Esposa amada del Señor Jesús, por quien Él se ha entregado
22  1,16  |                 la naturaleza humana de Jesús en el seno virginal de María (
23  1,17  |             todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio
24  2,18  |                de nuevo las palabras de Jesús: «Yo soy la vid verdadera,
25  2,18  |          comunión de los cristianos con Jesús tiene como modelo, fuente
26  2,18  |           vínculo amoroso del Espíritu.~Jesús continúa: «Yo soy la vid;
27  2,18  |                 que es Cristo. El Señor Jesús nos indica que esta comunión
28  2,18  |                Espíritu Santo. Por ella Jesús pide: «Que todos sean uno.
29  2,20  |                la Esposa dicen al Señor Jesús: ¡"Ven"! (cf. Ap 22, 17)».(
30  2,22  |              Orden. En efecto, el Señor Jesús escogió y constituyó los
31  2,22  |                 Apóstoles, que el Señor Jesús continúa confiando a los
32  2,31  |               vez más a las palabras de Jesús: «Yo soy la vid, vosotros
33  3,32  |                 15, 2).~La comunión con Jesús, de la cual deriva la comunión
34  3,32  |          comunión misionera. En efecto, Jesús dice a sus discípulos: «
35  3,33  |                verdad, el imperativo de Jesús: «Id y predicad el Evangelio»
36  3,35  |           específicamente misionera que Jesús ha confiado y diariamente
37  3,35  |               mismas palabras del Señor Jesús: «La mies es mucha y los
38  3,36  |               que resplandece en Cristo Jesús, al mismo tiempo la Iglesia
39  3,37  |               material. Las palabras de Jesús: «¿De qué le sirve al hombre
40  3,40  |                 personas humanas».(145) Jesús se ha preocupado de restituir
41  4,46  |                amor de predilección que Jesús ha manifestado por el joven
42  4,46  |                el joven del Evangelio: «Jesús, fijando en él su mirada,
43  4,46  |             compartir el amor filial de Jesús por el Padre y la participación
44  4,47  |                 10, 14). En particular, Jesús exalta el papel activo que
45  4,49  |              muchas mujeres acompañan a Jesús en su ministerio y asisten
46  4,49  |                   ayudan al entierro de Jesús (cf. Lc 23, 55) y la mañana
47  4,50  |              palabra y de la actitud de Jesús —que son normativos para
48  4,50  |             vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Ga 3, 28); ni tampoco
49  4,53  |          testigos de la Resurrección de Jesús. Como ha manifestado un
50  4,55  |                 y los lagares del Señor Jesús sobreabundar de los frutos
51  5,57  |                Sal 80, 15-16). El mismo Jesús habla del trabajo del Padre: «
52  5,57  |           aluden las palabras graves de Jesús: «Si alguno no permanece
53  5,58  |          palabras de María, la Madre de Jesús, dirigiéndose a los sirvientes
54  5,60  | ininterrumpidamente en la intimidad con Jesús, en la conformidad con la
55  5,61  |              Dios se revela y cumple en Jesús, el Maestro, y toca desde
56  5,64  |                  La ardiente oración de Jesús en la última Cena: «Ut unum
57  5,64  |                de la sagrada Familia de Jesús, María y José, del año 1988,