Parte,  Capítulo, Parrafo

 1 Pro, 0,4    |             yo mismo, por un impulso interior que —estoy seguro— obedecía
 2 Pro, 0,4    |          través de la transformación interior o conversión que fructifica
 3 Pro, 0,4(17)|             se combaten en el propio interior del hombre. A fuer de criatura,
 4 I, 3,10     |         traduce en un desorden en el interior del hombre y en la ruptura
 5 II, 0,13    |       amistad con Dios, a la reforma interior, a la nueva conversión eclesial.
 6 II, 0,13    |            de ruptura, no sólo en el interior de cada hombre, sino también
 7 II, 1,15    |          Dios, también su equilibrio interior se rompe y se desatan dentro
 8 II, 1,15    | repercusiones y señales del desorden interior.~El misterio del pecado
 9 II, 1,18    |            en la base de la dignidad interior del hombre y, a la vez,
10 II, 1,18    |         decisivo punto de referencia interior, se pierde el sentido del
11 II, 2,20    |        dispone de la presencia en su interior del mismo Cristo y del misterio
12 II, 2,21    |            de Cristo, como manantial interior de energía espiritual, el
13 II, 2,22    |              leer con realismo en el interior de su conciencia y a confesar
14 III, 1,25   |              través de la conversión interior y la penitencia, y debe
15 III, 1,25   |          tensiones que existen en su interior, que corren el riesgo de
16 III, 1,26   |             daño, tanto para la vida interior de los cristianos y de la
17 III, 1,26   |         nuestro tiempo, el santuario interior, es decir lo más íntimo
18 III, 1,26   |           está mal... es como un ojo interior, una capacidad visual del
19 III, 2,31   |        renovación de nuestra actitud interior, esto es, hacia una comprensión
20 III, 2,31   |              serena con la ley moral interior, con las normas evangélicas
21 III, 2,31   |        encuentro de la propia verdad interior, turbada y trastornada por
22 III, 2,31   |            recupera la propia verdad interior; se reconcilia con los hermanos,
23 Des, 0,35   |               para recibir el empuje interior a fin de detestar el pecado