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Parte, Capítulo, Párrafo
1 I, 0,6 | responsable, a la educación de los hijos; se tiene además conciencia 2 I, 0,6 | autoridad entre padres e hijos; las dificultades concretas 3 II, 0,13 | para el otro y para los hijos, testigos de la salvación, 4 II, 0,13 | testimonio de ellas ante los hijos; en cuanto actualización 5 II, 0,13 | hacia el otro y hacia los hijos, las exigencias de un amor 6 II, 0,14 | Los hijos, don preciosísimo del matrimonio~ 7 II, 0,14 | está llamado a ser para los hijos el signo visible del mismo 8 III, 1,18 | de los padres y de los hijos, de los parientes. Su primer 9 III, 1,18 | familia —entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas, 10 III, 1,20 | mismo que el bien de los hijos, exigen la plena fidelidad 11 III, 1,20 | exigida por el bien de los hijos, la indisolubilidad del 12 III, 1,21 | de los padres y de los hijos, de los hermanos y de las 13 III, 1,21 | educativo entre padres e hijos,(60) en que cada uno da 14 III, 1,21 | obediencia a los padres, los hijos aportan su específica e 15 III, 1,21 | humano y cristiano de los hijos, y ordenado en particular 16 III, 1,21 | continuamente reciben de los hijos.~La comunión familiar puede 17 III, 1,22 | al otro y de ambos a los hijos, donación propia del matrimonio 18 III, 1,22 | Pablo: «Todos, pues, sois hijos de Dios por la fe en Cristo 19 III, 1,23 | casa y la educación de los hijos.(66) Por ello la Iglesia 20 III, 1,24 | las esposas que no tienen hijos, las viudas, las separadas, 21 III, 1,25 | esposa madre y el amor a los hijos son para el hombre el camino 22 III, 1,25 | introduzca más eficazmente a los hijos en la experiencia viva de 23 III, 1,27 | de los ancianos son los hijos de sus hijos" (Prov 17, 24 III, 1,27 | ancianos son los hijos de sus hijos" (Prov 17, 6)!».(79)~ 25 III, 2,28 | sola procreación de los hijos, aunque sea entendida en 26 III, 2,28 | están llamados a dar a los hijos y, por medio de ellos, a 27 III, 2,30 | en la decisión sobre los hijos. Por consiguiente, hay que 28 III, 2,33 | eficaz para educar a los hijos».(94)~ 29 III, 2,36 | padres han dado la vida a los hijos, tienen la gravísima obligación 30 III, 2,36 | principales educadores de sus hijos. Este deber de la educación 31 III, 2,36 | personal y social de los hijos. La familia es, por tanto, 32 III, 2,36 | subsiste entre padres e hijos; como insustituible e inalienable 33 III, 2,37 | padres deben formar a los hijos con confianza y valentía 34 III, 2,37 | esenciales de la vida humana. Los hijos deben crecer en una justa 35 III, 2,37 | individualismos y egoísmos, los hijos deben enriquecerse no sólo 36 III, 2,37 | responsable y fecunda de los hijos en el horizonte más amplio 37 III, 2,37 | llamados a ofrecer a los hijos una educación sexual clara 38 III, 2,37 | educación debe llevar a los hijos a conocer y estimar las 39 III, 2,38 | propiamente cristiana de los hijos, es decir, los llama a participar 40 III, 2,38 | Santo, para ayudar a los hijos en su crecimiento humano 41 III, 2,38 | servizio educativo de los hijos y, al mismo tiempo, a sentirse 42 III, 2,38 | edificar la Iglesia en los hijos. Así la familia de los bautizados, 43 III, 2,39 | cristianos propongan a los hijos todos los contenidos que 44 III, 2,39 | procurando mostrar a los hijos a cuán profundos significados 45 III, 2,39 | afianzar en el alma de los hijos el don de la gracia divina.~ 46 III, 2,39 | mensajeros del Evangelio ante los hijos. Es más, rezando con los 47 III, 2,39 | Es más, rezando con los hijos, dedicándose con ellos a 48 III, 2,40 | principales educadores de los hijos, y que su derecho es del 49 III, 2,40 | inviolable de confiar sus hijos a la comunidad eclesial.~ 50 III, 2,41 | a todos los hombres como hijos del Padre común de los cielos, 51 III, 2,41 | generosamente al encuentro de los hijos de otras familias, sosteniéndoles 52 III, 2,41 | la única familia de los hijos de Dios. Los padres cristianos 53 III, 2,41 | servicio concreto a los hijos de otras familias, a menudo 54 III, 2,41 | adopción y acogida de aquellos hijos que están privados de sus 55 III, 3,44 | sobre todo a medida que los hijos crecen, implicando de hecho 56 III, 3,46 | la vida y a educar a los hijos; a la intimidad de la vida 57 III, 3,46 | difundirla; a educar a sus hijos de acuerdo con las propias 58 III, 3,48 | decir, ofreciendo a los hijos un modelo de vida fundado 59 III, 4,50 | cuanto pareja, y los padres e hijos en cuanto familia, han de 60 III, 4,51 | entre los padres y los hijos.~Para esto, también la pequeña 61 III, 4,52 | no sólo comunican a los hijos el Evangelio, sino que pueden 62 III, 4,53 | familia debe formar a los hijos para la vida, de manera 63 III, 4,53 | acompañar la vida de los hijos también durante su adolescencia 64 III, 4,53 | halla a veces en los mismos hijos su ministerio de evangelización.~ 65 III, 4,54 | misionera en sus propios hijos e hijas(135) y, de manera 66 III, 4,54 | educadora que prepare a sus hijos, desde la juventud «para 67 III, 4,59 | y mujer juntos, padres e hijos juntos. La comunión en la 68 III, 4,60 | específico de educar a sus hijos en la plegaria, de introducirlos 69 III, 4,60 | matrimonio, importa que los hijos aprendan desde los primeros 70 III, 4,60 | sólo orando junto con sus hijos, el padre y la madre, mientras 71 III, 4,60 | profundamente en el corazón de sus hijos, dejando huellas que los 72 III, 4,60 | los sacerdotes, a vuestros hijos para los sacramentos de 73 III, 4,60 | sabéis rezar con vuestros hijos, con toda la comunidad doméstica, 74 III, 4,61 | la de constituir para los hijos la introducción natural 75 III, 4,61 | iniciación cristiana de los hijos. Las directrices conciliares 76 III, 4,61 | debido a la libertad de los hijos de Dios, la Iglesia ha propuesto 77 III, 4,63 | libertad de la gloria de los hijos de Dios (cf. Rom 8, 21)».(162)~ 78 IV, 1,66 | métodos de educación de los hijos, favoreciendo la adquisición 79 IV, 1,69 | común o por el nacimiento de hijos. Los cónyuges jóvenes sepan 80 IV, 1,69 | por el advenimiento de los hijos, la pareja se convierte 81 IV, 1,69 | padres para que acojan a sus hijos y los amen como don recibido 82 IV, 2,71 | formación cristiana de los hijos, con la ayuda dada para 83 IV, 2,72 | completan la educación de los hijos, etc.~ 84 IV, 3,76 | y en la educación de los hijos, pero al mismo tiempo esconden 85 IV, 3,76 | buscar para sus propios hijos también otras diversiones 86 IV, 3,76 | notable en la formación de los hijos, los padres, en cuanto receptores, 87 IV, 3,76 | influjo que ejercen sobre los hijos; y deben dar una orientación 88 IV, 3,76 | educar la conciencia de los hijos para emitir juicios serenos 89 IV, 4,77 | padres; las familias con hijos minusválidos o drogados; 90 IV, 4,77 | igual que las otras, y a sus hijos se les dé la oportunidad 91 IV, 4,77 | relaciones entre padres e hijos. Las ideologías extranas 92 IV, 4,77 | veces problematizada de los hijos; su matrimonio que les separa 93 IV, 4,77 | atención por parte de los hijos y de los parientes; el sufrimiento 94 IV, 4,78 | posibilidades, bautizar y educar los hijos en la fe católica.(178)~ 95 IV, 4,78 | al otro cónyuge y a los hijos. Los matrimonios entre 96 IV, 4,78 | lo posible para que los hijos sean bautizados y educados 97 IV, 4,81 | traumas psicológicos en los hijos y afirmación del egoísmo).~ 98 IV, 4,84 | vista a la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente 99 IV, 4,84 | justicia, a educar a los hijos en la fe cristiana, a cultivar 100 IV, 4,84 | ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación 101 IV, 4,84 | espíritu materno hacia estos hijos suyos, especialmente hacia 102 Conclu, 0,86| el sacerdocio, queridos hijos religiosos y religiosas, 103 Conclu, 0,86| empeño particular a los hijos de la Iglesia. Ellos, que 104 Conclu, 0,86| venerables Hermanos y amadísimos hijos, y abran vuestros corazones