Capítulo,  Parrafo

1 III,19|      fe inicial y de educar al verdadero discípulo por medio de un
2 IV,30 |       etc.? Asimismo, a ningún verdadero catequista le es lícito
3 IV,32 |  además, suscita y alimenta un verdadero deseo de unidad; más todavía,
4 IV,34 | científicos que deformarían su verdadero sentido. De todos modos,
5  V,38 |     encarnación del único amor verdadero y de la única posibilidad
6  V,40 |      la apertura, sino también verdadero deseo de conocer a «Jesús,
7 VI,47 |   hechos y las cosas, falte un verdadero estudio de la doctrina cristiana.