Formas múltiples de catequesis
permanente
71. Para la educación
permanente de la fe, el ministerio de la Palabra cuenta con muchas formas de
catequesis. Entre otras, se pueden destacar las siguientes:
– El estudio y profundización de la
Sagrada Escritura leída no solo en la Iglesia, sino con la Iglesia y su
fe siempre viva. Esto ayuda a descubrir la verdad divina, de forma que suscite una
respuesta de fe. La denominada «lectio divina» es forma eminente de este
estudio vital de las Escrituras. (214)
– La lectura cristiana de los
acontecimientos, que viene exigida por la vocación misionera de la
comunidad cristiana. Para hacer esta lectura, el estudio de la doctrina social
de la Iglesia es indispensable, ya que « su objetivo principal es interpretar
esas realidades (las complejas realidades de la existencia del hombre en la
sociedad y en el contexto internacional), examinando su conformidad o
disconformidad con lo que el Evangelio enseña ». (215)
– La catequesis litúrgica, que
prepara a los sacramentos y favorece una comprensión y vivencia
más profundas de la liturgia. Esta catequesis explica los contenidos de
la oración, el sentido de los gestos y de los signos, educa para la
participación activa, para la contemplación y el silencio. Debe
ser considerada como « una forma eminente de catequesis ». (216)
– La catequesis ocasional que, ante
determinadas circunstancias de la vida personal, familiar, eclesial y social,
trata de ayudar a interpretarlas y vivirlas desde la fe. (217)
– La iniciativas de formación
espiritual, que fortalecen las convicciones, descubren nuevas perspectivas y
hacen perseverar en la oración y en los compromisos del seguimiento de
Cristo.
– La profundización
sistemática del mensaje cristiano, por medio de una enseñanza
teológica que eduque realmente en la fe, haga crecer en la inteligencia
de la misma y capacite al cristiano para dar razón de su esperanza en el
mundo actual. (218) En cierto sentido, es adecuado denominar «
catequesis perfectiva » a esta enseñanza.
72.
Es fundamental que la catequesis de
iniciación de adultos, bautizados o no, la catequesis de
iniciación de niños y jóvenes y la catequesis permanente
estén bien trabadas en el proyecto catequético de la comunidad
cristiana, para que la Iglesia particular crezca armónicamente, y su
actividad evangelizadora mane de auténticas fuentes. « Es importante que
la catequesis de niños y jóvenes, la catequesis permanente y la
catequesis de adultos no sean compartimentos estancos e incomunicados... Es
menester propiciar su perfecta complementariedad ». (219)
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