La Palabra de Dios, fuente de la
catequesis
94.
La fuente de donde la catequesis toma su
mensaje es la misma Palabra de Dios:
« La catequesis extraerá siempre
su contenido de la fuente viva de la Palabra de Dios, transmitida mediante la
Tradición y la Escritura, dado que la Sagrada Tradición y la
Sagrada Escritura constituyen el único depósito sagrado de la
Palabra de Dios confiado a la Iglesia ». (297)
Este « depósito de la fe »
(298) es como el arca del padre de la casa, que ha sido confiado a la
Iglesia, la familia de Dios, y de donde ella saca continuamente lo viejo y lo
nuevo. (299) Todos los hijos del Padre, animados por su
Espíritu, se nutren de este tesoro de la Palabra. Ellos saben que la
Palabra de Dios es Jesucristo, el Verbo hecho hombre y que su voz sigue
resonando por medio del Espíritu Santo en la Iglesia y en el mundo.
La Palabra de Dios, por admirable «
condescendencia » (300) divina, se dirige y llega a nosotros a
través de « obras y palabras » humanas, « a la manera como un día
el Verbo del Padre eterno, al tomar la carne de la flaqueza humana, se hizo
semejante a los hombres ». (301) Sin dejar de ser Palabra de Dios, se
expresa en palabra humana. Cercana, permanece sin embargo velada, en estado «
kenótico ». Por eso la Iglesia, guiada por el Espíritu, necesita
interpretarla continuamente y, al tiempo que la contempla con profundo
espíritu de fe, « la escucha piadosamente, la custodia santamente y la
anuncia fielmente ». (302)
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