La comunicación social
(535)
160.
« El primer areópago del tiempo moderno
es el mundo de la comunicación, que está unificando a la
humanidad... Los medios de comunicación social han alcanzado tal
importancia que para muchos son el principal instrumento informativo y
formativo, de orientación e inspiración para los comportamientos
individuales, familiares y sociales ». (536) Por eso, junto a los
numerosos medios tradicionales en vigor, « la utilización de los mass
media ha llegado a ser esencial para la evangelización y la catequesis
». (537) En efecto, « la Iglesia se sentiría culpable ante su
Señor si no emplease esos poderosos medios, que la inteligencia humana
perfecciona cada vez más....en ellos la Iglesia encuentra una
versión moderna y eficaz del púlpito. Gracias a ellos puede hablar
a las masas ». (538)
Entre otros pueden considerarse, si bien a
título diferente: televisión, radio, prensa, discos, grabaciones,
vídeos y audios, es decir, toda la gama de los medios audiovisuales.
(539) Cada medio realiza su propio servicio y cada uno exige un uso
específico; en cada uno se han de respetar sus exigencias y valorar su
importancia. (540) Por ello, tales subsidios no pueden faltar en una
catequesis bien programada. Fomentar la ayuda recíproca entre las
Iglesias particulares, a fin de subvenir a los altos costos de compra y uso de
estos medios, es un buen servicio a la causa del Evangelio.
161.
La utilización correcta de estos
medios exige en los catequistas un serio esfuerzo de conocimiento, de
competencia y de actualización cualificada. Pero sobre todo, dada la
gran influencia que esos medios ejercen en la cultura, no se debe olvidar que «
no basta usarlos para difundir el mensaje cristiano y el magisterio de la
Iglesia, sino que conviene integrar el mensaje mismo en esta nueva cultura
creada por la comunicación moderna.... con nuevos lenguajes, nuevas
técnicas y nuevos comportamientos psicológicos ». (541)
Sólo así, con la gracia de Dios, el mensaje evangélico
tiene la capacidad de penetrar en la conciencia de cada uno y de obtener « en
favor suyo una adhesión y un compromiso verdaderamente personales ». (542)
162.
Todas las personas relacionadas con
estos medios de comunicación, profesionales y usuarios, han de poder
recibir la gracia del Evangelio. Esto debe alentar a los catequistas a
considerar diversas posibilidades según las distintas personas: los
profesionales de los medios, a quienes mostrar el Evangelio como horizonte de
verdad, de responsabilidad, de inspiración; las familias —tan expuestas
al influjo de los medios de comunicación— para protegerlas y, sobre
todo, ayudarlas a adquirir mayor capacidad crítica y educativa;
(543) las generaciones jóvenes, en cuanto usuarios y
protagonistas de la comunicación de los mass-media. A todos hay que
recordar que « en el uso y recepción de los instrumentos de
comunicación urge tanto una labor educativa del sentido crítico,
animado por la pasión por la verdad, como una labor de defensa de la
libertad, del respeto a la dignidad de la persona, de la elevación de la
auténtica cultura de los pueblos ». (544)
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