CAPITULO
III
Catequesis para situaciones especiales,
mentalidades y ambientes
La catequesis de discapacitados e
inadaptados
(1)
189.
Toda comunidad cristiana considera como
predilectos del Señor a aquellos que, particularmente entre los
más pequeños, sufren alguna deficiencia física o mental u
otra forma de privación. Actualmente, a causa de una mayor conciencia
social y eclesial, y también debido a los innegables progresos de la
pedagogía especial, se ha conseguido que la familia y otros
ámbitos educativos puedan ofrecer hoy a estas personas una catequesis
apropiada, a la que por otra parte tienen derecho como bautizados, y si no
están bautizados, como llamados a la salvación. El amor del Padre
hacia sus hijos más débiles y la continua presencia de
Jesús con su Espíritu dan fe de que toda persona, por limitada que
sea, es capaz de crecer en santidad.
La educación de la fe, que
corresponde ante todo a la familia, requiere itinerarios adecuados y
personalizados, tiene en cuenta las aportaciones de las ciencias
pedagógicas y ha de llevarse a cabo en el contexto de una
educación global de la persona. Por otra parte, se debe evitar el riesgo
de que esta catequesis tan especializada acabe situándose al margen de
la pastoral comunitaria. Para que eso no ocurra, es necesario que la comunidad
se interese y se comprometa de modo permanente con esta tarea. Las características
peculiares de esta catequesis, exigen de parte de los catequistas una
preparación específica, y hacen que su servicio sea aún
más meritorio.
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