Tareas de la catequesis respecto a la
inculturación de la fe
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203.
Forman un conjunto orgánico y son en síntesis los siguientes:
– conocer
en profundidad la cultura de las personas y el grado de penetración en
su vida;
– reconocer la presencia de la
dimensión cultural en el mismo Evangelio; afirmando por una parte que
éste no es fruto de ningún humus cultural humano, pero admitiendo,
por otra parte, que el Evangelio no puede aislarse de las culturas en las que
se inscribió al principio y en las que después se ha expresado a
lo largo de los siglos;
– anunciar el cambio profundo, la
conversión, que el Evangelio, como fuerza « transformadora y
regeneradora »,(29) opera en las culturas;
– dar testimonio de que el Evangelio
transciende toda cultura y no se agota en ella y, a la vez, discernir las
semillas del Evangelio que pueden estar presentes en cada una de las culturas;
– promover al interior de cada una de las
culturas a evangelizar una nueva expresión del Evangelio, procurando un
lenguaje de la fe que sea patrimonio común de los fieles, y por tanto
factor fundamental de comunión.
– mantener íntegros los contenidos de
la fe de la Iglesia; y procurar que la explicación y la
clarificación de las fórmulas doctrinales de la Tradición
sean presentadas teniendo en cuenta las situaciones culturales e
históricas de los destinatarios y evitando, en todo caso, mutilar o
falsificar los contenidos.
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