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Congregacion para el Clero
Directorio General para Catequesis

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  • QUINTA PARTE LA CATEQUESIS EN LA IGLESIA PARTICULAR
    • CAPITULO I El ministerio de la catequesis en la Iglesia particular y sus agentes
        • Los padres de familia, primeros educadores de la fe de sus hijos
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Los padres de familia, primeros educadores de la fe de sus hijos

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226. El testimonio de vida cristiana, ofrecido por los padres en el seno de la familia, llega a los niños envuelto en el cariño y el respeto materno y paterno. Los hijos perciben y viven gozosamente la cercanía de Dios y de Jesús que los padres manifiestan, hasta tal punto, que esta primera experiencia cristiana deja frecuentemente en ellos una huella decisiva que dura toda la vida. Este despertar religioso infantil en el ambiente familiar tiene, por ello, un carácter « insustituible ».(81)

Esta primera iniciación se consolida cuando, con ocasión de ciertos acontecimientos familiares o en fiestas señaladas, « se procura explicitar en familia el contenido cristiano o religioso de esos acontecimientos ».(82) Esta iniciación se ahonda aún más si los padres comentan y ayudan a interiorizar la catequesis más sistemática que sus hijos, ya más crecidos, reciben en la comunidad cristiana. En efecto, « la catequesis familiar precede, acompaña y enriquece toda otra forma de catequesis ».(83)

227. Los padres reciben en el sacramento del matrimonio la gracia y la responsabilidad de la educación cristiana de sus hijos,(84) a los que testifican y transmiten a la vez los valores humanos y religiosos. Esta acción educativa, a un tiempo humana y religiosa, es un « verdadero ministerio »(85) por medio del cual se transmite e irradia el Evangelio hasta el punto de que la misma vida de familia se hace itinerario de fe y escuela de vida cristiana. Incluso, a medida que los hijos van creciendo, el intercambio es mutuo y, « en un diálogo catequético de este tipo, cada uno recibe y da ».(86)

Por ello es preciso que la comunidad cristiana preste una atención especialísima a los padres. Mediante contactos personales, encuentros, cursos e, incluso, mediante una catequesis de adultos dirigida a los padres, ha de ayudarles a asumir la tarea, hoy especialmente delicada, de educar en la fe a sus hijos. Esto es aún más urgente en los lugares en los que la legislación civil no permite o hace difícil una libre educación en la fe.(87) En estos casos, la « iglesia doméstica »(88) es, prácticamente, el único ámbito donde los niños y los jóvenes pueden recibir una auténtica catequesis.




80) Cf en el capítulo 3 de esta Parte el número dedicado a « La familia como ámbito o medio de crecimiento en la fe », donde se analizan las características de la catequesis familiar. Este número se ha centrado más en la consideración de los padres como agentes de catequesis; cf CIC 774.2.



81) CT 68.



82) CT 68.



83) Ibidem.



84) ChL 62; cf FC 38.



85) FC 38; CT 68.



86) CT 68; cf EN 71b.



87) Cf CT 68.



88) LG 11; cf FC 36b.






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