LA IGLESIA EN EL CAMPO DEL MUNDO
La fe de los cristianos
24.
Los discípulos de Jesús
están inmersos en el mundo como levadura pero, al igual que en todo
tiempo, no quedan inmunes de experimentar el influjo de las situaciones humanas.
Por ello, es necesario plantearse la situación actual de la fe de los
cristianos.
La renovación catequética en
la Iglesia, desarrollada durante los últimos decenios, ha dado ya frutos
muy positivos.(41) La catequesis de niños, de jóvenes y de
adultos ha dado origen a un tipo de cristiano verdaderamente consciente de su
fe y coherente con ella en su vida. Ha favorecido en ellos, en efecto:
– una nueva experiencia viva de Dios, como
Padre misericordioso;
– un redescubrimiento más hondo de
Jesucristo, no sólo en su divinidad, sino también en su verdadera
humanidad;
– el sentirse, todos, corresponsables de la
misión de la Iglesia en el mundo;
– la toma de conciencia de las exigencias
sociales de la fe.
25.
Sin embargo, ante el panorama religioso
actual, se hace necesario que los hijos de la Iglesia verifiquen: « ¿En
qué medida están también ellos afectados por la
atmósfera de secularismo y relativismo ético? ».(42)
Un primer grupo está constituido por
el « gran número de personas que recibieron el bautismo pero viven al
margen de toda vida cristiana ».(43) Se trata, en efecto, de una
muchedumbre de cristianos « no practicantes »,(44) aunque en el fondo
del corazón de muchos el sentimiento religioso no haya desaparecido del
todo. Despertarles a la fe es un verdadero reto para la Iglesia.
Junto a éstos, están
también las « gentes sencillas »,(45) que se expresan a menudo
con sentimientos religiosos muy sinceros y con una « religiosidad popular »
(46) muy arraigada. Tienen una cierta fe, « pero conocen poco los
fundamentos de la misma ».(47) También existen numerosos
cristianos, intelectualmente más cultivados, pero con una
formación religiosa recibida sólo en la infancia, que necesitan
replantear y madurar su fe bajo una luz distinta.(48)
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No falta, tampoco, un cierto
número de bautizados que, lamentablemente, ocultan su identidad
cristiana sea por una forma de diálogo interreligioso mal entendida, sea
por una cierta reticencia a dar testimonio de su fe en Jesucristo en la
sociedad contemporánea.
Estas situaciones de la fe de los cristianos
reclaman con urgencia del sembrador el desarrollo de una nueva
evangelización,(49) sobre todo en aquellas Iglesias de tradición
cristiana donde el secularismo ha hecho más mella. En esta nueva
situación, necesitada de evangelización, el anuncio misionero y
la catequesis, sobre todo a jóvenes y adultos, constituyen una clara
prioridad.
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