El ministerio de la Palabra de Dios en
la evangelización
50.
El ministerio de la Palabra
(126) es elemento fundamental de la evangelización. La presencia
cristiana en medio de los diferentes grupos humanos y el testimonio de vida
necesitan ser esclarecidos y justificados por el anuncio explícito de
Jesucristo, el Señor. « No hay evangelización verdadera mientras
no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el
misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios ». (127)
También quienes son ya discípulos de Cristo necesitan ser
alimentados constantemente con la Palabra de Dios para crecer en su vida
cristiana. (128)
El ministerio de la Palabra, al interior de
la evangelización, transmite la Revelación por medio de la
Iglesia, valiéndose de « palabras » humanas. Pero éstas siempre
están referidas a las « obras »: a las que Dios realizó y sigue
realizando, especialmente en la liturgia; al testimonio de vida de los
cristianos; a la acción transformadora que éstos, unidos a tantos
hombres de buena voluntad, realizan en el mundo. Esta palabra humana de la
Iglesia es el medio de que se sirve el Espíritu Santo para continuar el
diálogo con la humanidad. El es, efectivamente, el agente principal del
ministerio de la Palabra y por quien « la voz viva del Evangelio resuena en la
Iglesia, y por ella en el mundo ».(129)
El ministerio de la Palabra se ejerce « de
forma múltiple ».(130) La Iglesia, desde la época
apostólica, (131) en su deseo de ofrecer la Palabra de Dios de
la manera más conveniente, ha realizado este ministerio a través
de formas muy variadas. (132) Todas ellas sirven para canalizar
aquellas funciones básicas que el ministerio de la Palabra está
llamado a desplegar.
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