Primer anuncio y catequesis
61.
El primer anuncio se dirige a los no creyentes
y a los que, de hecho, viven en la indiferencia religiosa. Asume la
función de anunciar el Evangelio y llamar a la conversión. La
catequesis, « distinta del primer anuncio del Evangelio », (182)
promueve y hace madurar esta conversión inicial, educando en la fe al
convertido e incorporándolo a la comunidad cristiana. La relación
entre ambas formas del ministerio de la Palabra es, por tanto, una
relación de distinción en la complementariedad.
El primer anuncio, que todo cristiano
está llamado a realizar, participa del « id » (183) que
Jesús propuso a sus discípulos: implica, por tanto, salir,
adelantarse, proponer. La catequesis, en cambio, parte de la condición
que el mismo Jesús indicó, « el que crea », (184) el que
se convierta, el que se decida. Las dos acciones son esenciales y se reclaman
mutuamente: ir y acoger, anunciar y educar, llamar e incorporar.
62. En la práctica
pastoral, sin embargo, las fronteras entre ambas acciones no son
fácilmente delimitables. Frecuentemente, las personas que acceden a la
catequesis necesitan, de hecho, una verdadera conversión. Por eso, la
Iglesia desea que, ordinariamente, una primera etapa del proceso catequizador
esté dedicada a asegurar la conversión. (185) En la «
misión ad gentes », esta tarea se realiza en el « precatecumenado ».
(186) En la situación que requiere la « nueva
evangelización » se realiza por medio de la « catequesis
kerigmática », que algunos llaman « precatequesis », (187) porque,
inspirada en el precatecumenado, es una propuesta de la Buena Nueva en orden a
una opción sólida de fe. Sólo a partir de la
conversión, y contando con la actitud interior de « el que crea », la
catequesis propiamente dicha podrá desarrollar su tarea específica
de educación de la fe. (188)
El hecho de que la catequesis, en un primer
momento, asuma estas tareas misioneras, no dispensa a una Iglesia particular de
promover una intervención institucionalizada del primer anuncio, como la
actuación más directa del mandato misionero de Jesús. La
renovación catequética debe cimentarse sobre esta
evangelización misionera previa.
|