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Leo PP. XIII Quamquam Pluries IntraText CT - Texto |
A nuestros Venerables
Hermanos los Patriarcas, Primados, Arzobispos
y otros Ordinarios, en paz y unión con la Sede Apostólica.
1. Aunque muchas veces antes Nos hemos
dispuesto que se ofrezcan oraciones especiales en el mundo entero, para que las
intenciones del Catolicismo puedan ser insistentemente encomendadas a Dios,
nadie considerará como motivo de sorpresa que Nos consideremos el momento
presente como oportuno para inculcar nuevamente el mismo deber. Durante
periodos de tensión y de prueba —sobre todo cuando parece en los hechos que
toda ausencia de ley es permitida a los poderes de la oscuridad— ha sido
costumbre en la Iglesia suplicar con especial fervor y perseverancia a Dios, su
autor y protector, recurriendo a la intercesión de los santos —y sobre todo de
la Santísima Virgen María, Madre de Dios— cuya tutela ha sido siempre muy
eficaz. El fruto de esas piadosas oraciones y de la confianza puesta en la
bondad divina, ha sido siempre, tarde o temprano, hecha patente. Ahora, Venerables
Hermanos, ustedes conocen los tiempos en los que vivimos; son poco menos
deplorables para la religión cristiana que los peores días, que en el pasado
estuvieron llenos de miseria para la Iglesia. Vemos la fe, raíz de todas las
virtudes cristianas, disminuir en muchas almas; vemos la caridad enfriarse; la
joven generación diariamente con costumbres y puntos de vista más depravados;
la Iglesia de Jesucristo atacada por todo flanco abiertamente o con astucia;
una implacable guerra contra el Soberano Pontífice; y los fundamentos mismos de
la religión socavados con una osadía que crece diariamente en intensidad. Estas
cosas son, en efecto, tan notorias que no hace falta que nos extendamos acerca
de las profundidades en las que se ha hundido la sociedad contemporánea, o
acerca de los proyectos que hoy agitan las mentes de los hombres. Ante
circunstancias tan infaustas y problemáticas, los remedios humanos son
insuficientes, y se hace necesario, como único recurso, suplicar la asistencia
del poder divino.