III.
Rito de la Reconciliación
El Sacerdote invita a
todos a ponerse de rodillas. Éste, de pie, ante la Cruz, invita a la penitencia
con estas palabras:
Hermanos
y hermanas:
Dios
nos llama una vez más a la conversión: oremos para obtener la gracia de una
vida nueva en Cristo Señor. Oremos al Señor:
Kyrie
eleison.
Señor
Jesús, tú que sanabas a los enfermos y abrías los ojos a los ciegos, tú que
perdonaste a la mujer pecadora y confirmaste a Pedro en tu amor, perdona
nuestros pecados y danos un corazón nuevo para poder vivir en comunión
perfecta.
Kyrie eleison.
Señor Jesús, tú que quisiste ser llamado amigo de
los pecadores, por el misterio de tu muerte y resurrección: líbranos de
nuestros pecados y danos tu paz para que podamos dar frutos de caridad, de
justicia y de verdad.
Kyrie eleison.
Señor Jesucristo, Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo, danos la reconciliación con el Padre en la gracia del
Espíritu Santo, y transfórmanos en criaturas nuevas para alabanza de tu gloria.
Kyrie eleison.
Señor Jesucristo, ten piedad de nosotros, en tu
gran misericordia, no mires nuestros pecados y cancela todas nuestras culpas;
crea en nosotros un corazón puro y renueva en nosotros un espíritu de fortaleza
y de santidad.
Kyrie eleison.
Señor Jesús, que nos mandaste amarnos los unos a
los otros hasta la entrega de la vida, danos tu Espíritu de caridad y de
unidad, de comunión y de misericordia, para que podamos amarnos y perdonarnos
siempre, como tú nos perdonas y nos amas.
Kyrie
eleison.
Todos se ponen de pie y
cantan, como preparación a la confesión, la oración del Señor:
Padre
nuestro...
El Presidente, en
silencio, rocía a toda la asamblea con agua bendita como signo de purificación
y recuerdo del bautismo.
CONFESIONES INDIVIDUALES
Se reservará un momento
bastante largo para las confesiones.
Durante este tiempo se
pueden cantar algunos salmos o cantos penitenciales.
Durante el tiempo
reservado a las confesiones las personas pueden depositar a los pies del
Crucifijo, dentro de recipientes apropiados, los dones en dinero o en especie
que quieran ofrecer para los hermanos que necesitan ayuda.
ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO
Terminadas las
confesiones, el Presidente invita a la Asamblea a agradecer al Señor por el don
de la gracia recibida cantando el Magníficat.
Terminado el canto, el
Presidente concluye la celebración con la siguiente oración:
Padre
de misericordia y Dios de todo consuelo, que no quieres la muerte sino la
conversión de los pecadores, ayuda a tu pueblo para que vuelva a ti y viva.
Concédenos
escuchar siempre tu voz, dejarnos guiar por tu Santo Espíritu en el camino de
la vida y, agradecidos por tu perdón, progresaremos en todo y siempre en la
adhesión a Cristo tu Hijo que nos ha llamado a seguirle en el camino de los
consejos evangélicos.
El, que es Dios y vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
El presidente invita a
la asamblea a darse el signo de la paz, mientras se entona un canto apropiado.
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