CELEBRACIÓN
EUCARÍSTICA
La
Presentación del Señor es la fiesta de Cristo « luz de los pueblos » y del
encuentro (« Ypapanti ») del Mesías con su pueblo en el Templo de Jerusalén.
El
gesto de obediencia a la ley y de Ofrenda, realizado por María y José que
llevan al niño Jesús para presentarlo en el Templo, inspira la presencia en
esta celebración de tantos consagrados y consagradas: ellos representan los que
eligieron el camino de los consejos evangélicos en la gran variedad de los
carismas que enriquecen la Iglesia con los dones del Espíritu y la preparan
para desempeñar la misión universal del Evangelio; ellos, además, están aquí
para renovar los compromisos de su consagración y misión.
La
celebración se desarrolla en tres momentos:
La liturgia
de la luz se empezará encendiendo y bendiciendo las candelas y proseguirá
con la procesión.
La liturgia
de la palabra culminará con la homilía, la oración de agradecimiento por el
don de la vida consagrada y el compromiso de fidelidad en el seguimiento de
Cristo y en la misión apostólica.
La liturgia
eucarística será el sello puesto al encuentro con Cristo y a la ofrenda,
con Él, de la vida consagrada, para que Él sea la « luz para iluminar a los
pueblos ».
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