RITOS
INICIALES
Canto
de preparación.
Mientras se espera la
llegada del Celebrante se encienden las velas y se canta.
BENDICIÓN DE LAS CANDELAS
El Celebrante:
En
el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
R.
Amén.
...saluda a la Asamblea
La
gracia de nuestro Señor Jesucristo,
el amor del Padre
y la comunión del Espíritu Santo
esté con todos vosotros.
R. Y con tu espíritu.
...introduce la
celebración:
Hermanos
y hermanas,
Hoy
hace cuarenta días
hemos celebrado, llenos de gozo,
la fiesta del Nacimiento del Señor.
Hoy es el día en que Jesús fue presentado en el templo
para cumplir la ley,
pero sobre todo para encontrarse con el pueblo creyente.
Impulsados por el Espíritu Santo, llegaron al templo
los santos ancianos Simeón y Ana, que,
iluminados por el mismo Espíritu, conocieron al Señor
y lo proclamaron con alegría.
De la misma manera nosotros, congregados por el Espíritu Santo,
vayamos al encuentro de Cristo.
Lo encontraremos y lo reconoceremos
en la fracción del pan
hasta que vuelva revestido de gloria.
El Celebrante bendice
las candelas diciendo:
Oremos:
Oh
Dios, fuente y origen de toda luz,
que has mostrado hoy a Cristo,
luz de todas las naciones,
al justo Simeón;
dígnate bendecir c estos cirios;
acepta los deseos de tu pueblo
que, llevándolos encendidos en las manos
se ha reunido para cantar tus alabanzas,
y concédenos caminar por la senda del bien,
para que podamos llegar a la luz eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Rocía las candelas con
agua bendita.
PROCESIÓN
Mientras tanto se canta:
Lumen ad revelationem gentium, et gloriam plebis
tuae Israel.
1. Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.
2. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien
has presentado ante todos los pueblos.
3.
Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
4. Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
5. Como era en el principio, ahora y siempre, por
los siglos de los siglos. Amén.
KYRIE Y GLORIA
ORACIÓN COLECTA
Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, te rogamos humildemente
que,
así como tu Hijo unigénito, revestido de nuestra humanidad,
ha sido presentado hoy en el templo, nos concedas,
de igual modo, a nosotros la gracia de ser presentados delante de ti
con el alma limpia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
R.
Amén.
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