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Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica
La colaboración entre Institutos para la Formación

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  • II. COLABORACIÓN EN LAS DIVERSAS FASES DE LA FORMACIÓN
    • La formación de los profesos temporales
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La formación de los profesos temporales

17. La Instrucción Potissimum Institutioni, inspirándose en las normas del Código 61 y en las exigencias características de la formación de los religiosos y de las religiosas de votos temporales, indica las líneas fundamentales y ofrece oportunas indicaciones sobre los objetivos y el programa de estudio.62

Por su parte, cada instituto, según el propio plan de formación, tiene « la grave responsabilidad de proveer la organización y la duración de esta fase de la formación y de ofrecer al joven religioso las condiciones favorables para un crecimiento real en la vida de entrega al Señor ».63

a) Las iniciativas intercongregacionales, también en esta fase, intentan favorecerespecialmente respecto de los institutos que no pueden proveer de otro modo— la cualificación de los jóvenes religiosos y de las religiosas en relación a su consagración y promover la profundización de la formación espiritual, doctrinal y pastoral, con particular atención a la historia, a la teología y a la misión de la vida consagrada y al compromiso en la preparación pastoral.

b) En particular, para responder mejor a las exigencias propias de esta fase de la formación, las iniciativas de colaboración entre institutos deben tener en cuenta las características y las circunstancias de vida de los profesos temporales.

En efecto, el tiempo de la profesión temporal se caracteriza por ser un momento particularmente propicio para madurar en la identificación con Cristo,64 en la visión, impregnada de fe, del mundo, de la Iglesia y de la historia. Es un tiempo apropiado para prepararse, con entrega, a la misión real, sacerdotal y profética del Pueblo de Dios, y exige tanto el estudio de las disciplinas teológicas como la profundización de los fundamentos bíblicos de la vocación al seguimiento radical de Cristo, junto con un conocimiento adecuado, a nivel de estudio sapiencial, de los medios y de los pasos que conducen a la madurez humana y cristiana. Por eso, en esta fase de la formación, mientras se continua el estudio de la Sagrada Escritura y de otras materias teológicas como, por ejemplo, la cristología, la eclesiología, la mariología, la moral y la teología de la historia, se profundizarán temas de espiritualidad, de ascética y de ciencias humanas, que contribuyen a la madurez de la persona en Cristo.65

c) Puesto que la vida comunitaria, desde la primera formación, debe mostrar « la intrínseca dimensión misionera de la consagración »,66 y esta etapa se caracteriza por los compromisos apostólicos asumidos en nombre de la comunidad, serán de gran utilidad cursos de catequética y pedagogía, especialmente de pastoral de la juventud. En efecto, los compromisos apostólicos requieren el conocimiento más profundo de algunos temas de la eclesiología promovida por el Concilio Vaticano II, por ejemplo, la colaboración pastoral de los religiosos con los presbíteros y los laicos bajo la guía de los Pastores,67 el Derecho de la Iglesia, la « missio ad gentes », el ecumenismo, el diálogo interreligioso,68 la relación de la Iglesia con el mundo, el deber social y político de los cristianos y la responsabilidad específica, en este ámbito, de las personas consagradas.69 Todas estas materias deberán ofrecer un base sólida a la acción pastoral y misionera de la Iglesia-misterio y comunión en la hora de la Nueva Evangelización. También en esta fase de la profesión temporal será positivo profundizar en la contribución carismática con que los diversos institutos participan en la misión de la Iglesia.

d) Estas funciones podrán ser desempeñadas por centros especializados de estudio, de los que se hablará en la tercera parte, o por medio de iniciativas o cursos más accesibles, sea por el nivel de los estudios, sea por el número reducido de las materias propuestas, o por la menor duración del cometido.

Reviste particular importancia la colaboración entre institutos en las iniciativas o cursos que ayudan a la preparación para la profesión perpetua.70

También para las iniciativas y los cursos de esta fase, implíquese a los formadores y formadoras en la programación, realización y evaluación. Esa implicación puede convertirse para ellos en un estímulo de actualización en vista de su objetivo, y para todos en un motivo de confrontación para responder de un modo más eficaz a las expectativas de los jóvenes.

e) Los religiosos y las religiosas que frecuentan otros centros de estudios, especialmente civiles (Universidades, Academias, etc.), para acceder a estudios humanísticos, científicos o técnicos, podrán encontrar en los centros de formación entre institutos la posibilidad de integrar su formación sobre todo con cursos de teología y pastoral.




61 Cf. cc. 659-660; PI 58.



62 Cf. PI 58-65.



63 PI 60.



64 Cf. VC 16.65.



65 Cf. PI 35-38.



66 VC 67.



67 Cf. MR 18.36.37.40.56-58; cc. 675 § 3.687.680.681 § 1; VC 16.31. 54-55.



68 Cf. VC 102.



69 Cf. RPH.



70 Cf. PI 64.






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