Dominum et vivificantem
Cap., N. 1 1, 14 | insertará en su « partida » redentora la gloria de la resurrección
2 1, 14 | A costa de la Cruz redentora y por la fuerza de todo
3 1, 19 | confiesa la fe en la misión redentora de Jesús de Nazaret. « Cordero
4 2, 46 | unidad mediante la fuerza redentora de la Sangre de Cristo.
Ecclesia de Eucharistia
Cap., N. 5 VI, 58 | todas ellas, la encarnación redentora. En el Magnificat, en fin,
Evangelium vitae
Cap., N. 6 Intro, 1| núcleo central de su misión redentora, Jesús dice: « Yo he venido
7 Intro, 3| su fe en la encarnación redentora del Hijo de Dios, la compromete
8 2, 36 | el mundo, la obediencia redentora de Cristo es fuente de gracia
9 2, 45 | comienza a actuar la fuerza redentora de la presencia del Hijo
10 3, 67 | que, mediante su muerte redentora, ha liberado al hombre de
11 3, 67 | más íntimamente a su obra redentora en favor de la Iglesia y
Redemptor hominis
Cap., Párrafo 12 3, 17| guiados por la fe en la fuerza redentora de la cruz de Cristo. Sin
13 4, 20| en la fuerza de la acción redentora, que Él había expresado
14 4, 20| privada de su plena eficacia redentora, disminuiría o, de todos
Redemptoris Mater
Cap., N. 15 1, 18 | muerte del Hijo, en su muerte redentora; pero a diferencia de la
16 1, 24 | en efecto, con su muerte redentora vence el mal del pecado
17 3, 40 | elegidos ».103 Con la muerte redentora de su Hijo, la mediación
Veritatis Splendor
Cap., N. 18 2, 41 | Alianza y de la Encarnación redentora, y no sería más que una
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