Dominum et vivificantem
Cap., N. 1 1, 10 | realidad y una profundización inefable del concepto de persona
2 1, 11 | Dios como expansión de la inefable comunión del Padre, del
3 2, 32 | embargo, de esta verdad inefable nadie puede « convencer
4 2, 37 | como el bien que da de modo inefable: como bonum diffusivum sui,
5 2, 39 | en el corazón mismo de la inefable Trinidad? La Iglesia, inspirándose
Ecclesia de Eucharistia
Cap., N. 6 V, 50 | está como inmersa en la inefable unidad de las tres Personas
7 V, 51 | conscientes siempre del inefable Misterio, con el cual cada
Evangelium vitae
Cap., N. 8 2, 38 | creyente ante esta inesperada e inefable verdad que nos viene de
Fides et ratio
Cap., N. 9 4, 42 | más incomprensible, de más inefable que lo que está por encima
Laborem exercens
Cap., Párrafo 10 5, 25 | Dios y consecuencia de su inefable designio. Cuanto más se
Redemptor hominis
Cap., Párrafo 11 4, 18 | humanidad, enriquecido por el inefable misterio de la filiación
12 4, 20 | efecto, ella es el Sacramento inefable. El empeño esencial y, sobre
13 4, 22 | porque en virtud de la inefable elección del mismo Padre
Redemptoris Mater
Cap., N. 14 1, 17 | contacto con el misterio inefable de Dios que se ha hecho
15 2, 36 | de Dios, la gloria de su inefable santidad, el eterno amor
16 Conclus, 51| Si en sí mismo permanece inefable e inescrutable, más aún
17 Conclus, 51| inescrutable, más aún es inefable e inescrutable en la realidad
Veritatis Splendor
Cap., N. 18 2, 30 | finalmente, ese misterio último e inefable que abarca nuestra existencia,
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