Centesimus annus
Cap., N. 1 1, 5 | menos de advertir la severa condena de la lucha de clases, que
2 2, 14 | la justicia»42.~Lo que se condena en la lucha de clases es
Dominum et vivificantem
Cap., N. 3 2, 27 | culpa del « mundo » en la condena de Jesús a la muerte en
4 2, 30 | rechazo de Cristo hasta la condena a muerte y hasta la Cruz
5 2, 31 | mundo, ni mucho menos su condena. Jesucristo no ha venido
6 Conclus, 67 | encuentra ante el juicio de condena de aquel « acusador », del
Ecclesia de Eucharistia
Cap., N. 7 IV, 36 | el cuerpo del Señor, sino condena, tormento y mayor castigo ».73~
Evangelium vitae
Cap., N. 8 2, 40 | Ex 23, 7); pero también condena —como se explicita en la
9 2, 46 | ancianas y enfermas, y una condena explícita de los intentos
10 3, 61 | la mínima duda sobre la condena moral del aborto.~ ~
11 3, 63 | toda persona. 75~La misma condena moral concierne también
12 Conclus, 102| hombre ha sido liberada de la condena de la muerte definitiva
Redemptor hominis
Cap., Párrafo 13 3, 16 | perfil puramente materialista condena al hombre a tal esclavitud,
Sollicitudo rei socialis
Cap., N. 14 3, 25 | este hecho, que reclama la condena más enérgica, es indicio
Ut unum sint
Cap., N. 15 1, 15 | obstinación no evangélica en la condena de los « otros », de un
Veritatis Splendor
Cap., N. 16 2, 49 | cf. 1 Co 6, 9-10). Esta condena —citada por el concilio
17 2, 59 | juicio de absolución o de condena según que los actos humanos
18 2, 78 | Estos bien merecen la propia condena" (Rm 3, 8)» 128.~La razón
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